La crisis sempiterna que vive Cuba, ahora en uno de sus momentos duros, también golpea a los cuentapropistas de Cienfuegos. En esa provincia al centro de Cuba más de 60 cafeterías y restaurantes privados carecen de insumos tan básicos como el arroz.
“La elaboración de alimentos se ve afectada hoy por la falta de productos básicos como la harina, la venta de arroz liberado que afecta a los 63 paladares que tenemos en la provincia. Así, sucede con los hostales que no prestan la totalidad de sus servicios”, aseguró a un medio local Jorge Antonio Rodríguez, representante del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social en Cienfuegos.
Muchos negocios han cerrado, al menos temporalmente, y sus trabajadores realizan otras actividades económicas para subsistir. El número en la provincia asciende a más de 9000. “Entre las actividades que recesaron se encuentra el transporte, los arrendadores de viviendas y espacios en divisas y los trabajadores contratados”, agregó Rodríguez.
De manera excepcional por el complejo contexto que impuso el coronavirus, en la provincia se le brindó ayuda monetaria a varios núcleos familiares que perdieron sus fuentes de ingresos.
Aún en la apertura de la tercera fase, varias modalidades de autoempleo continúan afectadas como los Arrendadores de Viviendas y Espacios en Divisas debido al déficit de mercado extranjero y las variantes de elaboración de alimentos ante las carencias de insumos.
“Ahora mismo, trabajamos en la realización de una estrategia en conjunto con la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT) para respaldar aquellas actividades que aún no se realizan al cien por ciento de su capacidad”.
“Los alimentos”, por utilizar una denominación coloquial, parecen ser la nueva gran preocupación del régimen en medio de esta crisis, por no mencionar que es un “dolor de cabeza” constante para la familia cubana: son caros y pocos.
El gobierno cubano acaba de promulgar nuevas medidas económicas para, según ellos, mejorar el abastecimiento de este renglón básico del sustento personal. Son nuevas tiendas donde se venden estos productos de primera necesidad en divisas y a precios exorbitantes.
El dinero recaudado supuestamente se invertirá en la producción de alimentos, pero no sería la primera vez que La Habana incumple sus promesas. Muchos cubanos que no tienen acceso a las remesas del exterior ya han mostrado su inconformidad con esta medida.