"Las colas son buenas y llegaron para quedarse", asegura periodista oficialista

Sin ninguna vergüenza, agrega: "Es mejor que se estiren por calles y calles y casi por kilómetros, pues cuando están así es porque por lo general cumplen distanciamiento físico"
 

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Sin ningún sonrojo, la periodista oficialista Elsa Ramos, del estatal Escambray, se atrevió a decir que a las enormes colas que hacen actualmente los cubanos para obtener artículos de primera necesidad "hay que verle su lado bueno cuando lo tienen".

En un video de youtube titulado "Las colas en Cuba son buenas", la espirituana considera que por su "capacidad para irradiar el coronavirus resultan peligrosas,  mas son necesarias y sintomáticas".

Entonces procede a explicar frente a cámara a qué se refiere con "sintomáticas".

"Cuando usted ve un mercado o un simple punto rodeado de personas es seña de que algo hay. Lo ideal sería que vendan todo junto: el pollo, el aceite, el jabón, el detergente y el yogurt y así haríamos una sola cola. O por qué no ponen lo de la shoping por libreta. Pero esta nación bloqueada con o sin coronavirus no vive hace rato ese escenario ideal y demorará en tenerlo", agregó Ramos.

De acuerdo con la reportera, el país reparte "poquito a poquito" lo que se puede comprar fuera o lo que se produce en la isla.

"Por eso las colas van a seguir aquí como indicio de lo que hay aunque no alcance. Lo que hay es que diferenciarla de los molotes, bullangueros. En tiempos de crisis, la escasez genera ansiedad, incertidumbre y colas, muchas colas para comprar desde un paquete de pollo, hasta uno de sal o un champú y ahí aparece ese ímpetu y hay que marcar y después averiguar porque no existe tampoco información suficiente sobre las ofertas".

En el párrafo anterior la oficialista reconoce que en Cuba es tal la incertidumbre que las personas incluso comienzan a hacer largas filas sin muchas veces saber qué producto se oferta.

Asimismo, Ramos mencionó -nunca falta esa referencia en medios oficialistas- que lo malo de las colas son "los coleros", que duermen en ellas, y acaparan para luego revender.

Nuevamente sin ninguna vergüenza, agrega: "Por eso es mejor que se estiren por calles y calles y casi por kilómetros, pues cuando están así es porque por lo general cumplen distanciamiento físico, no sin regaños de las fuerzas del orden. Ya que tendremos que vivir entre ellas y evitar que marque la COVID-19 será mejor fomentar una cultura de las colas y verle su lado bueno cuando lo tiene".

El pasado 15 de mayo, un video filmado en Mayarí, pequeño pueblo de la oriental provincia de Holguín, mostró a cientos de personas que esperaban para comprar suministros.   

El periodista de El Nuevo Herald, Mario J. Pentón, publicó un tuit con un clip de video donde se puede observar una cola multitudinaria en ese territorio oriental.

“Todo el país está sumido en la escasez y las políticas restrictivas del gobierno en la economía no presagian nada mejor”, comentó Mario J. Pentón.

Se veía una calle atestada con personas, incluyendo ancianos. Algunas de ellas llevaban mascarillas de tela, pero también varios usuarios sin tomar ninguna medida de precaución.

 

 

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