“A la luz de lo que está sucediendo en Cuba, en relación con las marchas de los días 14 y 15, se hace evidente, una vez más, que si el gobierno de Estados Unidos quiere contribuir a que se amplíen derechos civiles y libertades públicas, debe flexibilizar su política hacia la isla”, escribió Rojas.
En opinión del intelectual cubano radicado en México, “el embargo y la política de Estados Unidos forman parte orgánica de la represión en Cuba por medio de la legislación antídoto de la Helms-Burton, la ley 88 de 1999 y toda la codificación penal posterior”.
En el hilo de su controversial tuit, Rojas aseveraba que “la mejor combinación, como se desprende de las experiencias de Europa del Este, es la de la flexibilización externa y la movilización cívica interna. Estados Unidos podría ayudar a reforzar la legitimidad de Yunior, Archipiélago y otros con política más cuidadosa y casuística”.
El tuit de Rafael Rojas no fue bien recibido por los comentaristas cubanos.
Uno de los que discrepó con el historiador fue el periodista y teórico de la comunicación José Raúl Gallego, para quien “asociar represión de la dictadura a políticas de EEUU es empíricamente incorrecto y éticamente cuestionable”.
“No se puede justificar la represión sobre ciudadanos que ejercen sus derechos aludiendo a la acción de un tercero”, escribió Gallego. “Ese es el discurso del régimen”. Mientras que el cofundador del medio independiente Yucabyte Norges Rodríguez mostró su rechazo a la “intransigencia” de Rojas.
“No entiendo esa intransigencia cuando luego no eres igual de intransigente con la dictadura cubana (…) No me sirve esa intransigencia con algunos ‘vecinos’ (y ‘la derecha’) y esa condescendencia con el maltratador de ‘izquierdas’. No veo equilibrio ahí, la verdad”, escribió Rodríguez.
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El periodista Mario J. Pentón también criticó el pronunciamiento de Rojas. Para él, en nada ayuda al pueblo cubano “ver al presidente de Estados Unidos tratando de igual a quien dijo que ‘la orden de combate está dada’ ni premiando con negocios y dinero a quien tiene a más de 500 presos políticos”.
El escritor Ernesto Hernández Busto criticó un razonamiento que hace depender la represión en Cuba de la política cubana de Estados Unidos. “Por ahí escribió [Rojas] que una revuelta popular era impensable en la isla, y que EE UU no debía armar su política sobre ese escenario. Cuando ocurrió el 11J, cambió la bola”.
No es la primera vez que un análisis de Rafael Rojas, hermano del viceministro de Cultura del régimen Fernando Rojas, generan controversias y debates entre la intelectualidad cubana crítica del régimen.
En 2015, el poeta y ensayista Néstor Díaz de Villegas discrepó del artículo de Rafael Rojas “Represión y diplomacia en Cuba”, aparecido en el diario mexicano La Razón.
Rojas afirmaba en su artículo que la disidencia cubana era financiada desde Estados Unidos, lo que a juicio de Díaz de Villegas era una acusación oportunista y malintencionada, pues en la Cuba revolucionaria no existía “una Naty Revuelta que extienda un cheque por 5 mil pesos para ir a asaltar un cuartel”, o “una burguesía con los bolsillos profundos”.
“La financiación de la disidencia debe ser bienvenida y alentada con independencia de las fuentes. La última persona de la que esperaba una protesta de injerencia foránea, un ataquito de jingoísmo, es un académico capaz de rastrear los oscuros resortes económicos de cualquier oposición digna de ese nombre”, escribió Díaz de Villegas.
A raíz de la controversia desatada por sus pronunciamientos, a pocos días de la Marcha Cívica por el Cambio, Rojas negó haber culpado a la política de Estados Unidos de la represión imperante en Cuba.
“Lo que digo es otra cosa, más grave, que el embargo forma parte de los dispositivos jurídicos y penales de la represión en Cuba. La represión en Cuba tiene un origen preciso en la adopción del régimen totalitario”, aclaró el académico en un nuevo tuit.