El activista cubano, Jovián Díaz Batista, fue detenido este lunes en la tarde cuando intentaba llegar a la sede del Movimiento San Isidro en La Habana.
Según denunció en redes sociales la reportera independiente, Iliana Hernández, el opositor pretendía ingresar junto a Zuleidis Gómez Cepero para llevarle agua a los huelguistas de hambre y demás personas atrincheradas allí.
La policía política, que mantiene rodeado el céntrico lugar, se lo llevó a la estación de 10 de octubre y ya fue liberado.
Sin embargo, no pudo ver a sus amigos en la sede.
El grupo de 14 personas, entre artistas, activistas y reporteros, lleva una semana atrincherado en la sede del Movimiento San Isidro, leyendo poesía para pedir la liberación de su colega.
Solís González fue condenado a ocho meses de prisión por ‘desacato’, tras ser detenido violentamente el 9 de noviembre de 2020, en las calles Habana y Paula, a unas cuadras de su casa, y le realizaron un juicio sumario dos días después.
Además, seis de ellos se encuentran en huelga de hambre, y dos también de sed: Luis Manuel Otero Alcántara y Maykel Osorbo. La salud de ambos está muy deteriorada, en el quinto día de no ingerir agua ni alimento.
El régimen mantiene rodeada la céntrica zona, de agentes de Seguridad del Estado y policías, que en ocasiones no permiten la entrada de alimentos ni demás artículos de primera necesidad.
Hasta el momento organizaciones internacionales se han pronunciado contra estos actos, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH); Artículo 19; Human Rights Watch, Cubalex y otros.
También el jueves anterior, un total de 59 estudiantes y egresados de la Universidad Iberoamericana de México alzaron sus voces para respaldar a Ramos, también estudiante de allí, asediada por el régimen cubano.