La activista por los derechos humanos, Zuleidis Cepero, esposa de nuestro colaborador, Esteban Rodríguez, conversó frente a las cámaras de ADN Cuba sobre el apoyo que se dan mutuamente y cómo enfrentar al régimen de la isla.
Cepero ya es famosa dentro de la oposición cubana por sus actuaciones para evitar que repriman a su esposo y a otros opositores como Héctor Valdés Cocho, además con efectividad.
Una de sus luchas más recientes fue el pasado 10 de octubre, cuando la mujer impidió a la Seguridad del Estado ingresar hasta la planta alta de su vivienda donde se encontraba Esteban Rodríguez. Con sobrados argumentos, exigió respeto por la propiedad individual frente a este acto abusivo de intimidación, e intento de entrar al domicilio ajeno.
Las vecinas se sumaron a la protesta contra el represor Yoel, a quien Zuleidis solicitaba que se fuera, que mientras ella estuviera ahí él no iba a pasar.
Se remitió a los derechos que debe consagrar la Carta Magna de la nación y citó incluso la de 1940, que defendió como la mejor propuesta de democracia para la Cuba actual.
Semanas antes, parada frente a una patrulla policial en los bajos de su casa, impidió con valentía el arresto del activista, Jovián Díaz.
En una emotiva conversación con su esposo Esteban, que hizo de entrevistador, ella explicó que está "cansada de que cada vez que les dé la gana vengan a la casa y los traten como delincuentes. Eso no es lo que ustedes son, porque ustedes están luchando por una Cuba libre, democrática, donde no hayan violaciones a los derechos humanos, donde haya comida".
Zuleidis señala que las casas no son una prisión y calabozo, por lo que ella no permite la entrada de represores.
También habló sobre los intentos de la Seguridad del Estado para que traicione a su pareja.
"En varias ocasiones la Seguridad del Estado ha tratado de convencerme de que yo traicione a mi esposo, pero como siempre le digo: pierden su tiempo. Apoyo a mi esposo 100% en la causa, siento que estamos luchando y en el lugar correcto. Yo quiero que mis hijas tengan un futuro mejor. Respeto a quienes estén a favor del régimen: no tengo que agredirlos, insultarlos, pero no quiero que se me agreda ni se tome represalia con mis pequeñas".
Con unas lágrimas visibles, la mujer lamenta que "en la Cuba de ahora no vamos a tener ningún futuro".
Sin embargo, rescata que en su barrio es apoyada por todos los vecinos. "Algunos, cuando viene la Seguridad del Estado y la policía nos defienden, también hay unos que sienten temor, porque desgraciadamente la policía de este país arremete contra la familia y no son todos los que tienen el valor. Muchas personas en la calle me paran para felicitarme, por el apoyo que le doy a mi marido, por la mujer que soy".
"No aguanto cómo mis hijas ven que quieren reprimir a su papá como si fuera un delincuente. Si me tocara ser la esposa de un preso político que no se crea la dictadura que por estar preso tú me van a callar, al contrario. Voy a luchar más, a gritar más, a buscar más carteles. Voy a buscar otras mujeres que se unan a mí, y si tengo que hacer otro grupo de Damas de Blanco, lo voy a hacer".
Por último, esta activista lanzó un mensaje al represor que tienen asignado y al gobernante, Migel Díaz-Canel: "Está gastando gasolina por gusto, que no hay ni para las ambulancias. No porque esté parado allá abajo vamos a dejar de actuar. A Díaz-Canel, que no es mi presidente, porque lo impusieron: en vez de callar a los influencers, a los opositores, a las Damas de Blanco; que mejore su país y se ponga de parte del pueblo con las necesidades tan grandes que tenemos".