Un rastro de desidia e irresponsabilidad encontró un ciudadano de Ciego de Ávila en el cementerio de la provincia, luego de una visita que terminó en denuncia ante los medios de la prensa local.
“No imaginé la envergadura del desastre, estado de los restos que se “resguardan” en ese lugar. Existe allí toda una hilera de osarios en destrucción casi total, restos óseos por varios lugares, sueltos unos, en nailon otros, quizás unos pocos en cajas metálicas; nichos con libros, un grupo grande sin identificar (…) todo una falta de respeto”, denunció José Antonio Sardiñas al diario El Invasor.
“La mayoría de los casos que vi llegarían hasta el año 2002, 17 años atrás, y no sé hasta qué punto los familiares de los fallecidos en todo ese tiempo no hayan presentado ninguna queja o demanda a la entidad que administra el cementerio, ya sea en el nivel municipal como provincial”, agregó.
Según El Invasor, las quejas habituales sobre el camposanto casi siempre versaban sobre la falta de custodios, la escasez de iluminación, la profanación de tumbas, el robo de objetos en bóvedas, gavetas, osarios; las malas condiciones para la exhumación de restos, crematorio con pocas facilidades, presencia de insectos y roedores, pero lo que presenció Sardiñas sobrepasa lo permisible.
No parece haber la más mínima atención de las autoridades municipales y provinciales, como si hubiesen dejado “a la buena de Dios” el lugar. La crónica de Sardiñas habla de una administración inexistente y la frecuentación de ladrones y todo tipo de antisociales en el lugar, que destruyen las bóvedas, roban y hacen de las suyas sin límite.
La arquitectura del lugar ha desaparecido, por culpa del descuido y los robos, llevándose con ella una parte del arte local y los recuerdos de los familiares de los muertos.
Estas escenas se repiten en otros cementerios de Cuba. Un video grabado por un cubano residente en el exterior logró documentar la actual situación de deterioro en que se encuentra actualmente el cementerio de Matanzas, víctima de la desidia institucional y actos de vandalismo. Las imágenes fueron grabadas por el hombre que asegura que visitó la necrópolis para atender la tumba de su padre y ponerle flores.
A inicios de mes, una vecina de Santiago de Cuba, Denia Fernández, se encontró con una sorpresa de humor gótico si no fuera porque el suceso laceró profundamente sus sentimientos: los restos de su madre estaban mezclados con los de otros difuntos en el cementerio de esa provincia, por lo que nadie puede identificarlos.