Hay sillas de ruedas, pero a esta discapacitada cubana “no le toca”

La señora "no tiene sillón de ruedas, dice que en la farmacia le dijeron que en el almacén hay, pero no le toca”, asegura el autor de la denuncia
Hay sillas de ruedas, pero a esta discapacitada cubana “no le toca". /Foto: David Orret Cisneros. Facebook
 

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Un ciudadano identificado en Facebook como David Orret Cisneros denunció recientemente en esa red social la lamentable situación de una cubana que se traslada usando un sillón metálico y sin ruedas en La Habana, a falta de una silla de ruedas convencional.

Día tras día, esta señora va arrastrando su sillón de hierro unas 7 cuadras hasta llegar a la entrada de la tienda de 41 y 42 para pedir limosnas, ahí pasa horas, ahí se orina, se moja en la lluvia, se asa al sol. No tiene sillón de ruedas, dice que en la farmacia le dijeron que en el almacén hay, pero no le toca”, escribió Orret Cisneros.

A unos metros, cruzando la calle 41 está el barrio Kholy, donde viven con todos los lujos burgueses parte del generalato del ejército cubano, todos miembros del Partido Comunista”, agregó a manera de contraste.

A la mujer que aparece en las fotos le falta una pierna y aparentemente no puede despolazarse utilizando un bastón u otro implemento de soporte, por lo que ha acudido a la opción extrema de “arrastrarse” por las calles en una silla metálica que luce bastante incómoda.

No solo la crema y nata de quien controla el poder político de Cuba, sino también artistas, gente de rango, abolengo y muchos nuevos ricos, y la sociedad cubana a dónde hemos llegado, puro poder adquisitivo para presumir y los sentimientos olvidados, cada vez mas capitalizados, donde se destierra lo humano y brota a flor de piel el despotismo”, comentó en la publicación el usuario Lisiux D'Wong.

 

 

Muchos mostraron su indignación por hechos como este y culparon a las autoridades cubanas por presumir ante el mundo como una “potencia médica”, y algunos ofrecieron su apoyo a la señora, intentando conseguir sus datos personales.

Yisel Marrero Ortega, otra usuaria, le recriminó al autor de la denuncia por no haber ayudado a la señora directamente: “Hiciste algo por ella además de esta publicación? Le ayudaste a llegar hasta donde iba? Le diste algún dinero para que comprara algo de comida? Te quedaste con la dirección de la farmacia para indagar pq dicen q no le toca la silla de ruedas??”, escribió.

Otros comentarios también resultaron controvertidos, como el del internauta Rolando Serpa Manso, quien consideró que “Todas estas personas antes gritaban ‘Viva Fidel’ morían y mataban por la revolución esa de basura. Me da lástima por razones humanas. Pero estoy seguro que muchos están pagando un karma. (…). Todos esos que siempre defendieron a esa M... después los tiraron a la basura a vivir como los gusanos de las letrinas. Causa y efecto. Así es el karma de quienes son aliados del diablo”.

Carlos Guerra Abalo, uruguayo, opinó que la denuncia tenía un “tufo de propaganda anti Cuba”, y aseguró que “se está perfeccionando la basura de la CIA manipuladora”.

En marzo de 2019 el Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de las Naciones Unidas, en Ginebra “regañó” a la delegación oficial de Cuba, cuando una integrante del Comité, salió en defensa de las organizaciones independientes de la Isla y cuestionó la independencia de las asociaciones oficialistas enviadas por La Habana, según reportó el diario online 14ymedio.

“La Red de Cultura Inclusiva, que participó como organización independiente, se fundó en Cuba en el año 2016 y no está inscrita en el registro de asociaciones porque la legislación cubana excluye las organizaciones no oficiales”, indicó el citado medio.

La organización de la sociedad civil “recopila testimonios de personas que se encuentran en situación precaria y son víctimas de desatención institucional o familiar”. También se dedica a “reportar las barreras arquitectónicas que impiden el paso de las personas con discapacidad, para que el Estado busque una solución a estos problemas”.

Sin embargo las organizaciones independientes no son toleradas por el aparato represivo cubano: en 2018, por ejemplo, el gobierno impidió viajar a una activista de la Red que pretendía asistir a Ginebra a una presentación sobre la situación de las personas con discapacidad en Cuba.

 

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