Luego de varios días en silencio, las instituciones culturales controladas por el régimen cubano le salieron al paso a la iniciativa de importantes artistas, quienes exigen al Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) que retiren sus obras mientras Luis Manuel Otero continúe secuestrado en un hospital de La Habana.
El creador disidente, coordinador del Movimiento San Isidro (MSI), lleva 26 días retenido e incomunicado en el centro de salud “General Calixto García”, a donde lo llevó forzosamente la policía política para frenar una huelga de hambre y sed.
Este viernes, la Asociación de Artistas de la Plástica de la oficialista Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), emitió un “pronunciamiento” rechazando la solidaridad con el pintor, escultor y performer Luis Manuel Otero, particularmente la carta dirigida por otros creadores a Jorge Fernández, director del MNBA, en protesta contra la represión de sus colegas.
“La recuperación, preservación y promoción del patrimonio artístico de la nación han sido principios y acciones estimuladas por la política cultural del Estado cubano durante las seis últimas décadas”, asegura la Uneac.
Añaden que “contribuir al conocimiento y difusión de las artes visuales, según los códigos, la época y los contextos en que se desarrollan, se cuenta entre las más importantes misiones del Museo Nacional de Bellas Artes, institución que goza de sólido prestigio”.
Luego de varias líneas destinadas a ensalzar la política cultural del castrismo, quien redactó la nota de la Uneac desemboca en el motivo del “pronunciamiento”, que no es otro que responder el gesto cívico de solidaridad con Otero. Sin embargo, tildad la iniciativa de un intento de “introducir condicionamientos a la promoción y exhibición de los fondos del Museo”, promovido por “unos pocos artistas cuyas obras figuran en sus colecciones”.
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Según la Uneac, “es un acto inaceptable, máxime cuando se trata de ejercer un chantaje a las instituciones culturales cubanas por motivos absolutamente ajenos a la naturaleza de sus funciones”.
“La Asociación de Artistas de la Plástica de la Uneac rechaza los intentos de quienes deliberadamente se alinean con los propósitos de subvertir la legalidad y desconocer la libre determinación de nuestro pueblo de forjar su propio destino”, concluye la nota.
Funcionarios contra artistas
Llama la atención que, mientras los que apoyan la liberación de Luis Manuel Otero lo hacen públicamente y sus identidades son de dominio público, el “pronunciamiento” publicado a nombre del gremio de artistas “plásticos” de la Uneac no está firmado por creador alguno, ni siquiera por su presidenta Lesbia Vent Dumois.
Por el contrario, según difundió el grupo 27N, la solicitud al director del museo, fue hecha por notables del gremio como Tomás Sánchez, Tania Bruguera, Sandra Ceballos, Marco Castillo, Celia González y Reynier Leyva Novo, entre otros.
Los artistas emplazaron a Jorge Fernández “en su calidad de director del Museo Nacional de Bellas Artes, institución pública subordinada al Ministerio de Cultura y al Consejo de Estado”. La petición se fundamentó en virtud del derecho reconocido en el Artículo 4, Inciso c) de la Ley No. 14/1977 Ley del Derecho de Autor a “Realizar o autorizar la publicación, la reproducción o la comunicación de su obra al público por cualquier medio lícito, bajo su propio nombre, bajo seudónimo o anónimamente”.
Durante esta semana se unieron a la exigencia otros importantes artistas que tienen obras en el MNBA, como Douglas Argüelles, Carlos Garaicoa, César Leal, Jorge Luis Marrero, Sandra Ramos Lorenzo, Fernando Rodríguez, Consuelo Castañeda, Ibrahim Miranda, Carlos A. García de la Nuez, Cirenaica Moreira, Juan Pablo Ballester, Jorge Wellesley, Javier Castro, Yunior Aguiar, Alberto Jorge Carol, Gustavo Acosta, Ana Albertina Delgado Álvarez y la Amelia Peláez Foundation.
Sin embargo, el MNBA respondió este jueves en la noche que no acepta la demanda del grupo de reconocidos artistas cubanos, y no retirará sus obras mientras Otero esté retenido e incomunicado.
“Ninguna coyuntura ajena al campo museal puede pretender violentar este proceder museológico. En tal sentido, el Museo no acepta una demanda que no se aviene con la vocación de servicio de nuestra institución ni con el interés del público al que se debe”, se afirma en una nota publicada por el museo, que tampoco fue firmada.