Activistas realizaron en la noche de este miércoles una vigilia frente a la Embajada de Cuba en Washington DC, para conmemorar los 12 años de la muerte en huelga de hambre de Orlando Zapata Tamayo, opositor y preso de conciencia en cárceles del régimen comunista.
“¡Zapata Vive!” y “Asesinos” corearon los activistas cubanos frente a “la sede de la dictadura en Estados Unidos”, reportó Yosmany Mayeta Labrada, quien transmitió detalles de la vigilia a través de un Facebook Live de ADN Cuba.
En la manifestación participaron el pastor Mario Félix Lleonart, del Instituto Patmos, y John Suárez, director ejecutivo del Centro para una Cuba Libre. Los activistas recordaron la muerte en protesta cívica de Zapata Tamayo el 23 de febrero de 2010, y el derribo de avionetas con civiles de la organización Hermanos al Rescate el 24 de febrero de 1996.
Además, se pronunciaron frente a la embajada “por el derecho de los cubanos a regresar a Cuba”, sumándose a la campaña de la activista Anamely Ramos en Miami, donde ha quedado desterrada desde la semana pasada.
Entre coros de “Viva Cuba Libre” y “Patria y Vida”, los opositores manifestaron su apoyo a los presos políticos del levantamiento popular del 11 y 12 de julio y exigieron su liberación, así como la de los disidentes pacíficos Luis Manuel Otero Alcántara, Maykel Castillo Pérez (Osorbo) y Virgilio Mantilla.
El activista Orlando Zapata Tamayo falleció el 23 de febrero de 2010, en un hospital de La Habana, a los 42 años, tras una prolongada huelga de hambre de 86 días en protesta por sus condiciones de encarcelamiento y el respeto a los derechos de los reclusos.
Su muerte, hace 12 años, subrayó “la necesidad urgente” de que expertos internacionales en derechos humanos visitaran el país y velaran por el cumplimiento de las obligaciones del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, alertó entonces Amnistía Internacional, que lo había declarado prisionero de conciencia.
Zapata Tamayo fue encarcelado como parte de la ola represiva conocida como la Primavera Negra. Lo arrestaron en marzo del 2003, y en mayo del 2004 fue sentenciado a tres años de prisión por “falta de respeto”, “desorden público” y “resistencia”.
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Posteriormente fue juzgado varias veces por otros cargos de “desobediencia” y “desorden en un establecimiento penal”, la última vez en mayo de 2009. Cumplía una condena total de 36 años.
El escritor cubano Ernesto Hernández Busto, recordó en ADN Cuba la condena del opositor, que fue también un castigo para su familia: “Todas las veces que Zapata fue trasladado de prisión las autoridades ni siquiera se tomaron el trabajo de avisar a su madre. Ella se enteraba al llegar, luego de trasladarse con dificultad hasta las cárceles y llevar a su hijo bolsas de comida que en más de una ocasión le fueron confiscadas. (…) En julio del 2007, cuando regresaba a Holguín después de la visita en Camagüey, Reina sufrió un accidente de carretera. Dos costillas le dañaron un pulmón, y tuvo que ser operada de urgencia”.
El disidente inició la acción extrema de una huelga de hambre después de que el régimen castrista se negara a aceptar sus demandas; entre ellas, el cese de las golpizas que propinan los oficiales de orden interior en cárceles cubanas, vestir ropa blanca (que distinguía su condición de preso político) en lugar del uniforme de recluso común, y exigir que se mejoraran las condiciones carcelarias en todo el país.
Durante la huelga de hambre, y como castigo ejemplarizante, lo mantuvieron incomunicado y le retiraron de la celda todas sus pertenencias y el agua, aun cuando el opositor no había renunciado a beberla, según denunciaron varios activistas.