La Fiscalía Provincial de Cienfuegos negó esta semana un cambio de medida cautelar al activista cubano Carlos Ernesto Díaz González, conocido como Ktivo Disidente y encarcelado por manifestarse pacíficamente a finales de abril en una céntrica calle de La Habana.
La solicitud del cambio de medida cautelar perseguía que el activista pudiera esperar en libertad su procesamiento judicial por los presuntos delitos de desacato y desobediencia, pero la Fiscalía adujo que “del resultado de la investigación consta que el imputado se vinculó de manera intencional y consumada en ilícitos penales”.
Tales ilícitos, de acuerdo con la entidad judicial, cuyo documento al respecto fue citado por Diario de Cuba, por su marco sancionador no son considerados entre “aquellos con corrección extensa en cuanto a la pena”, pero resultan “relevantes en cuanto a la lesividad social que se materializó y la objetividad jurídica menoscabada".
Díaz González está recluido en la prisión de Ariza, en Cienfuegos, a la que fue trasladado tras protagonizar una protesta pública en el boulevard de San Rafael, en La Habana, mediante la cual reclamó la liberación de los presos políticos y el derecho de todos los cubanos a ser parte activa en la vida política del país.
Según el fiscal, las ideas políticas del activista no son la causa de que esté encarcelado o se le niegue el cambio de medida por motivos de salud. Lo último, explicó, fue decidido tras considerar que la prisión “cuenta con condiciones para brindarle la atención que requiere”.
La apreciación del fiscal contrasta con la de muchos presos, que han denunciado que los establecimientos penitenciarios sufren de una severa escasez de medicamentos, de falta de atención médica de calidad y de condiciones higiénicas dignas, así como de una alimentación suficiente y balanceada.
Todo ello, de acuerdo con las denuncias, ha hecho que muchos reclusos padezcan diversas enfermedades con distintos grados de gravedad.
Lea también
Sobre la ausencia de motivaciones políticas en el caso de Díaz González, alegada por el fiscal para negar el cambio de medida cautelar, el propio activista afirmó en una carta escrita en prisión que su estancia en ésta y los hechos represivos de los que ha sido objeto desde su manifestación se deben a sus cuestionamientos políticos.
“Lo que no tiene lógica y es un total descaro es que por mis cuestionamientos políticos me haya tocado padecer acoso policial, calumnias, persecución, secuestro, asedio e intimidación contra familiares y amigos, violación de mis derechos, desatención médica en la cárcel, 'carretillas', que otro recluso autorizado por los guardias del penal lanzara sobre mí, a través de una reja, orine y excrementos, y ahora este proceso penal, que disfrazan de una auténtica venganza”, denunció.