La actriz cubana Susana Pérez ha vuelto a utilizar las redes como mecanismo para denunciar las atrocidades que a lo largo de la historia ha llevado a cabo la revolución cubana con todo el pueblo. La conocida actriz cubana ha hecho esta vez, un llamado a la libertad de Cuba dejando ver el dolor que siente por su tierra que sufre luego de "55 años de frustración".
La popular y querida artista ha compartido unas fotografías donde se muestra con la bandera cubana en mano acompañada de un extenso texto en el que ha escrito algunos de los reclamos que le hace a la Revolución. El el post Perez reclama por toda la precariedad que padeció, las cuales dejó detrás y que nunca olvidará a pesar de haber hecho una nueva vida en Estados Unidos.
Hace unos días, "La diva Perez" también alzó la voz a favor de los cubanos diciendo No al Decreto Ley 370, al tiempo que exigía el cese del hostigamiento a los periodistas independientes en la isla.
La actriz se sumó además al cacerolazo que fue convocado por el presentador cubano Alex Otaola para protestar "contra la corrupción, la miseria y el hambre en Cuba, y el abuso de las autoridades".
Susana Pérez es una de las personalidades de la cultura cubana que no ha ocultado su repudio al régimen de La Habana ante la escalada represiva en la Isla durante el último año.
La constante violación de los derechos humanos de activistas de la sociedad civil, comunicadores independientes y opositores políticos, junto a la actitud oportunista de otros artistas que disfrutan del llamado “intercambio cultural” viajando a Miami sin condenar la represión en Cuba, ha provocado una campaña en el exilio que le exige a los artistas que utilicen su influencia para visibilizar los abusos del régimen.
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Reclamos a la Revolución cubana.
Por: Susana Perez
Le reclamo 55 años de frustración.
Le reclamo las rosas del jardín de mi escuela de monjas donde aprendí a leer y escribir, a sentarme a la mesa y manejar cubiertos y a compartir el pan.Ya no están ni las rosas, ni el jardín,ni las mesas, ni los cubiertos, ni el pan.
Le reclamo las ventanas de mi secundaria, las pizarras dobles, el taller de educación laboral que ya no existen.
Le reclamo todas las Escuelas al campo, mi fiesta de 15 cumplidos en medio de un cañaveral en lo más recóndito de Camagüey.
Le reclamo los cientos de horas de trabajo voluntario completamente inútiles.
Le reclamo a mi padre que se creyó el cuento de que la revolución era más importante que la familia y cambió a su mujer por la Patria y se murió lleno de decepciones inconfesadas.
Le reclamo los actos de repudio, el terror en los ojos de los que los padecieron.
Le reclamo los fusilamientos, los miles de muertos en el mar, el trasbordador 13 de marzo,la rectificación de errores q no rectificó nada,los apagones, el calor y los mosquitos, el hambre, la úlcera mia
y la de mi hijo, los años de beca de mi hija, la familia separada y sin poder comunicarse.
Le reclamo el miedo que me impidió dar un paso hacia el hombre que amaba en ese momento, ese miedo que me empujó hacia atrás por la simple idea de no saber cuándo volvería a ver a mis hijos.Ese miedo que te obligaba a callar, a morderte la lengua, a fingir, a engañar y a engañarte, ese miedo que te llevaba a ser hipócrita y a traicionarte a ti mismo.Ese miedo que pasa a formar parte de la sangre de cada cubano y que todavía nos pone nerviosos en los aeropuertos. Ese miedo que te paraliza, ese miedo que te corroe el alma y los huesos.
Ese miedo que permite que abusen de ti hasta que un día decides dar el portazo final y el miedo poco a poco, muy lentamente va desapareciendo y entonces se convierte en rabia y gritas, golpeas cazuelas, te manifiestas pero sobre todo decides que no puedes volver al lugar donde violaron tus sueños.
