Ariadna Mena Rubio: “Mi sueño es ver a mi patria libre de la dictadura”

A la activista y opositora cubana Ariadna Mena Rubio la han amenazado de muerte, ha sido víctima de secuestros y arrestos arbitrarios. La han expulsado del trabajo y a sus hijas de sus centros de estudio. Pero esta líder del proyecto Cuba Decide, no se rinde
 

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La oposición es hoy más fuerte que nunca. La férrea represión contra quienes levantan su voz ante la injusticia, en vez de apagarla la vuelven más visible. Es el caso de la activista y promotora disidente Adriana Mena Rubio, una mujer cubana que lucha por lo que cree justo para su país.

En estos días de cuarentena producto a la amenaza latente y letal del COVID-19, los grupos prodemocráticos y sus actores dentro de la isla se han fortalecido. Su incidencia en las redes sociales aumentó. Su accionar en el entorno social se consolida.

Para contarnos de su vida como activista y luchadora por la libertad de Cuba, Ariadna Mena Rubio accede a conversar con ADN Cuba

¿Cómo fue tu formación académica y profesional? ¿Cómo llegaste a la oposición?

Estudié en la Escuela Primaria Fabricio Ojeda, del municipio Playa y en la secundaria Hely Pérez, del mismo municipio. Luego cursé la carrera de Derecho en la Universidad de La Habana, pero no pude terminar mis estudios pues ya despuntaban mis ideas políticas, las que hasta hoy he mantenido, por eso me separaron de ese centro de altos estudios.

Trabajé en la sala especial del Tribunal de La Habana Vieja durante algunos años. Allí  vi mucha injusticia y parcialidad en los procesos judiciales, falta de garantías, desprotección de los ciudadanos ante la parcialidad de los jueces. Me rebelé contra todo eso. Lo denuncié en diferentes espacios, tantos oficiales como alternativos, y terminé expulsada de mi trabajo. 

Llegué a la oposición por el dolor que sentía ante tanta injusticia, ante el maltrato y la falta de equidad que existía en mi país, donde nadie podía hacer nada por detenerlo. A mi hija mayor la expulsaron de la escuela de gimnasia, por mi actitud disidente, esa fue la gota que derramó el vaso. Entonces decidí convertirme en una luchadora por la verdadera justicia social.

¿Qué grupos o dirección de pensamiento han influido más en tus acciones? ¿A cuántas organizaciones has pertenecido y dónde estás ahora? 

“Durante muchos años pertenecí a los Sindicatos Independientes y al Foro por los Derechos y Libertades, donde conocí mucha gente de gran valor, con una larga historia en la lucha disidente y de los que aprendí temas de una cuantía incalculable, que me han servido para ser  un mejor ser humano. Hoy soy promotora de Cuba Decide desde hace más de tres años, un proyecto a la que estoy entregada en cuerpo y alma”.


Cuéntanos sobre tus actividades contestatarias y cómo ha sido la persecución desatada contra ti.  

La represión ha sido cruel y no solo se ha volcado contra mí, sino también contra mi familia. Mi hija mayor fue expulsada de la Escuela Nacional de Ballet y del Pre universitario donde estudiaba, un método común utilizado por la dictadura para doblegar a quienes se levantan contra su maldad. En varias ocasiones el régimen me ha amenazado con quitarme a mis hijas. He sido víctima de secuestro y de arrestos arbitrarios por parte de la policía política. 

He vivido bajo constante vigilancia y asedio, hasta en los días de los cumpleaños de mi familia han aplicado medidas represivas, me han golpeado muchas veces en las celdas donde he permanecido presa, para impedir que participara en manifestaciones y actividades opositoras. Incluso he sido amenazada de muerte en más de una ocasión.

¿Qué has podido deducir en tus encuentros con la policía política? ¿Crees que han perdido fuerza?

Siempre ha sido el mismo guion: un desprecio absoluto por nosotros y nuestras ideas, sobre todo contra las mujeres. No entienden de nuestra firmeza y altruismo, pero al enemigo nunca se le puede subestimar. Las dictaduras actúan como las ratas acorraladas y como tal tenemos que visualizarlas. En la actualidad ellos mantienen un trabajo psicológico sobre mi persona, como con el resto de los integrantes de la Sociedad Civil, quienes se resisten a doblegarse y continúan la lucha. 

Algunas veces aparece algún esbirro y me amenaza con desaparecerme, pero mi lucha, cueste lo que cueste, es mi lucha. Los golpes, la represión, los secuestros, las amenazas y más que nada el sufrir de mi familia, son los que me hacen cada día más fuerte y me llenan de valor para continuar la marcha. 

Ver mi patria libre de esta dictadura es mi sueño. Ver a mi pueblo que no llore más por la miseria es mi gran anhelo.

 

 

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