Cuidadoras de niños de Cuba cuenta sus historias

Una de las que contó su historia fue Esther, quien comenzó a cuidar niños hace unos 26 años, según contó al canal Visión Tunera, de Las Tunas, en la provincia del mismo nombre, al occidente de Cuba
 

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Las historias de mujeres cubanas dedicadas a cuidar niños de otras familias fueron contadas en un reportaje televisivo, en el que se destacó la dedicación y el esfuerzo que ellas ponen en ese oficio.

Una de ellas fue Esther, quien comenzó a cuidar niños hace unos 26 años, según contó al canal Visión Tunera, de Las Tunas, en la provincia del mismo nombre, al occidente de Cuba. La estación difundió el reportaje este viernes, en la plataforma YouTube.

“Yo lo que hacía era coser y bordar, pero pasó una mujer que nunca la había visto y yo estaba bordando y me dijo: vieja, cuídame el niño, y yo le dije: no, yo lo que hago es coser y bordar. Pero cuídamelo. Y era viernes, y el lunes, cuando estaba barriendo el paso de la escalera, se apareció con el niño, de 10 meses”, narró Esther, cuyo apellido no fue revelado por el canal.

“Y yo le dije, ¿y eso? Si yo no quedé contigo en nada”, aseguró, y la mujer le respondió: “Ahí te lo dejo. Y fue verdad, ahí lo dejó en el paso de la escalera. Lo recogí”. Era el hijo de un doctor ortopeda, aseguró.

 

 

Esther señaló que desde ese día se puso a cuidarlo, durante un año.

“Y fueron trayéndome amigas y amigas (con sus hijos), nunca más cosí ni bordé, desde entonces estoy en el oficio”, acotó.

Dijo que su trabajo no es difícil, y que si dejara el oficio se sentiría mal.

“Mientras tenga salud, los tengo que cuidar, porque me siento mal sin ellos, parece como si me falta sangre, me falta espíritu” sin ellos, subrayó.

Los ha cogido desde que ellos tienen meses de edad, dijo, y se mantienen con ella hasta que van al preescolar.

Por su lado, Imara contó que empezó a hacerse cargo de infantes en 1995, por un corto tiempo, y en 2007 trabajó como auxiliar pedagógica el círculo Campanita de Cristal.

 

 

Luego, por motivos de salud, me decidí a trabajar en casa y hacer un círculo infantil.

“Los primeros años que estuve (…) me encariñé con dos. Lo tuve desde que tenía 11 meses hasta los tres años”, señaló.

“Cuidé otro, David, se fue y lo sentí mucho, uno se encariña mucho con los niños”, dijo.

Añadió que ella trata de que se mantengan siempre ocupados haciendo algo, bajo horarios establecidos, y por eso con ella se portan mejor que con sus propias familias en sus casas.

Los recibe a las 7 am, a las 8 les da merienda, luego a 10:30 les enciende la televisión para que vean “muñequitos”. A las 11 empieza a preparar el almuerzo, los baña y a las 12 del mediodía se acuestan a dormir hasta las 2 pm. Les da otra merienda y reposan hasta que los llegan a recoger.

 

 

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