Yunior García responde a amenazas de Humberto López contra 27N

El dramaturgo, miembro del 27N, respondió a amenazas del vocero oficialista contra ese movimiento y le aconsejó tener cuidado con lo que dice, ya que el pueblo sabe interpretar y puede tomar sus palabras en sentido contrario a lo que el oficialismo desea
Yunior García y Humberto López
 

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El dramaturgo, director de cine y actor cubano Yunior García Aguilera respondió a amenazas del vocero oficialista Humberto López contra el movimiento 27N y le aconsejó que tuviera cuidado con lo que dice, ya que el pueblo sabía interpretar y podía tomar sus palabras en un sentido totalmente contrario a lo que el oficialismo desea.

En su ya habitual espacio inquisitorio contra la disidencia política y el activismo, en la emisión estelar del noticiero televisivo del régimen, López recordó el pasado lunes el artículo cuarto de la constitución de Cuba, que establece que “los ciudadanos tienen el derecho de combatir por todos los medios, incluyendo la lucha armada, cuando no fuera posible otro recurso, contra cualquiera que intente derribar el orden político, social y económico establecido por esta Constitución”.

Para García Aguilera, tal recordatorio fue una explícita amenaza al movimiento ciudadano del que forma parte, el 27N, integrado por “un grupo de jóvenes pacíficos que luchan por defender sus derechos y libertades, así como por participar, cívica y democráticamente, en la realidad de la nación”.

Ante ello, en un post en su cuenta de Facebook lanzó una serie de interrogantes: “¿Qué tal si el artículo 4 se interpreta, como debe ser, a favor del pueblo? ¿Qué tal si el pueblo se harta de los tarifazos, las terapias de choque, los todavía bajísimos salarios, las tiendas exclusivas en moneda extranjera, los monopolios y otros engendros del peor capitalismo posible? ¿Significa esto que puede levantarse en armas contra el gobierno, ejerciendo un derecho legítimo y constitucional?”

“Humberto López parece sugerir, con una irresponsabilidad infinita, en horario estelar, que cualquiera puede machetear, apedrear o disparar contra los jóvenes del 27N. Pero olvida que a otros se les podría ocurrir otra lectura del artículo 4. ¿Qué tal si el pueblo considera que el gobierno viola la constitución al negarle sus derechos fundamentales, como su libertad de pensamiento, conciencia y expresión?”, cuestionó el dramaturgo. 

“¿Qué tal si concluye que no se le respeta su dignidad, su domicilio, su intimidad personal y familiar, su correspondencia, su libertad de entrar, transitar y salir del territorio nacional? ¿Qué tal si algunos plantean que no existe, en efecto, libertad de prensa, que no están recibiendo del Estado información veraz, que se reprimen sus derechos de reunión, manifestación y asociación pacíficas, o que sus quejas y peticiones a las autoridades se ignoran, olímpicamente?”, agregó, exponiendo de manera rápida las principales insatisfacciones ciudadanas que genera el régimen defendido por López, a costa de asesinar reputaciones sin evidencia alguna en su espacio televisivo.

García Aguilera se define como persona pacífica, pese a toda la propaganda belicista que ha recibido desde pequeño, y reconoció que votó a favor del “No” en el referendo constitucional de 2019. Amén de todas las irregularidades denunciadas en el proceso constituyente y en el acto de votación, algunas de las cuales refirió ligeramente en su post, se dijo respetuoso de la decisión de la mayoría que votó por el “Sí”.

Pero tal respeto, sugirió, no implica estar de acuerdo con el derramamiento de sangre al que incita el artículo invocado por López, aun y cuando pudiera ser lícito que los cubanos combatan, por todos los medios, “contra quienes violan sus derechos constitucionales impunemente”.

“Ningún cubano de buena voluntad quiere derramamiento de sangre. Los que aspiramos a una democracia plena, sin trampas, a una Cuba diversa, libre, y con verdadera justicia social somos, mayoritariamente, personas pacíficas”, sentenció García Aguilera, que concluyó su análisis instando al noticiero a tener más cuidado “cuando nos recuerda este tipo de opciones en la Constitución”.

“No olviden que en este país la inmensa mayoría sabe leer, escribir... e interpretar. Hagamos el amor y no la guerra. Pero vamos a dejarles a nuestros hijos un país del que no tengan que marcharse. Paz”.

Haz lo que digo, no lo que hago

Humberto López se ha ganado el desprecio de muchos cubanos que no aprueban los escarnios públicos a los que somete a connacionales por sencillamente manifestar sus inconformidades u oposición al régimen de la isla.

Desde su tribuna televisiva, el vocero gusta de mostrarse tajante y poseedor de la verdad suprema, esa que parece considera le dan las leyes ideadas por un sistema totalitario que margina y reprime el pluralismo y la disidencia política.

Ante esa actitud se esperaría una conducta intachable a ojos del régimen y procederes coherentes con la vida de privaciones a la que deben rendirse la mayoría de los cubanos. Sin embargo, según denuncias hechas en redes sociales días atrás, López parece sentirse con la autoridad suficiente para incurrir en prácticas comunes de los dirigentes cubanos, que piden sacrificios crecientes al pueblo mientras ellos se las ingenian para no ser víctimas de la escasez y la crisis.

Al joven vocero se le vio en Colón, Matanzas, cargando cajas de pollo y aceite, presuntamente para su consumo personal, mientras la mayoría de los residentes en la isla deben pasar largas horas en colas multitudinarias para poder acceder a estos productos que el régimen oferta en Moneda Libremente Convertible (MLC).

Dando por cierto lo denunciado, Humbertico, como le llaman irónicamente quienes no aprueban sus discursos de odio y difamación contra periodistas independientes, artistas y activistas a favor de la democracia en la isla, habría incurrido en el tradicional “haz lo que digo, no lo que hago” de la nomenclatura cubana, algo que quizás también esté en la constitución del régimen, pero ante lo que el oficialismo siempre prefiera hacer la vista gorda.

 

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