Abogado que desafió a Canel denuncia vigilancia frente a su casa

El régimen cubano ha llegado a tal estado de paranoia demencial que cualquier opinión vertida "donde no conviene", incluso la más inofensiva, desata operativos policiales que, en otro país, merecerían sólo los criminales.
Viera-Abogado
 

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El abogado cubano Manuel Viera criticó este 31 de marzo al gobierno de Miguel Díaz-Canel, dijo que en Cuba no había democracia ni se respetaban los derechos humanos, luego de ser acosado por la Seguridad del Estado.

En las afueras de su casa, como muestra de qué trato merece quien disiente y se atreve a expresar sus opiniones políticas, se apostó un agente de la contrainteligencia cubana, encargado de vigilar las entradas y salidas suyas y de su familia.

“Este sujeto ha cuidado mi casa todo el día. ¡Me están cuidando! La democracia de Canel, las leyes de Humberto López, los derechos humanos del socialismo. En este país murieron la democracia, los derechos humanos y la legalidad. ¡Se están equivocando, ese no es el camino! ¡Vayan a cuidar a su mamá, no intimiden más a mi familia!”, declaró, iracundo, el jurista.

¿A qué se deben las atenciones de la policía política? No hace mucho, a penas la semana pasada, este abogado modesto, que en cualquier otro país hubiera podido ganar miles de dólares con su profesión, enseñó cómo vivía, qué comía, cuán vacío estaba el refrigerador de su casa.

Es necesario notar que a los opositores el régimen cubano los señala como “asalariados del imperialismo yanqui”, en el entendido de que cobran fortunas por criticar al gobierno… algo no anda bien con ese argumento, cuando uno mira la nevera de Manuel.

Este es el refrigerador de un abogado que trabaja 192 horas al mes en este secuestrado país, mi Cuba, la Cuba que amo y de la nunca me he querido ir. Aquí me formé, aquí tuve mis hijos y aquí pensé echar raíces. ¡Son apenas dos tubos de picadillo y 55 pesos (1 dólar) para mantener a mi familia los próximos 10 días!”, publicó en Facebook .

El post del abogado continúa en un tono incluso más exaltado, síntoma de las presiones económicas, políticas y psicológicas a las que debe estar sometido.

“Si así está mi refrigerador y mi billetera que es ya más un porta carnets, ¿cómo estará el de mis hermanos cubanos que no llegan a los 3800 pesos que me pagan por trabajar como burro con una altísima responsabilidad? ¿Cómo estará el de la ama de casa con niños que difícilmente aplica a la seguridad social en la Revolución que no desampara a nadie? ¿El del anciano que vive solo y debe mal comer de la limosna en un SAF después de haber trabajado toda su vida? ¿Cómo estará el de mis compatriotas fuera de la capital donde no venden mucho menos en la bodega?”.

Viera cuestionó también los privilegios que a costa del pueblo tiene la cúpula castrista y militar de la isla. “Vean hijos de la gran p. mientras ustedes no tienen carencias, se dan lujos, manejan divisas a su antojo, se mueven gratuitamente en lujosos autos y hacen realidad todos los caprichitos de sus hijos, yo como millones de cubanos mal alimento a mi hija y la veo llorar cada día por cosas que no puedo darle”, lamentó.

 

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