Último experimento de Fidel Castro tampoco acabó con el hambre en Cuba

El último experimento agrícola de Fidel Castro tenía entre sus objetivos desarrollar la cría de avestruz, ave de la que los cubanos han escuchado a las autoridades hablar en los últimos años, pero de la cual no han visto ni una uña.
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A pesar de que han pasado varios años ya desde que el dictador Fidel Castro falleció, el castrismo no renuncia al culto a su persona como parte fundamental de su permanencia en el poder, de ahí que hoy día sus voceros y medios de comunicación y propaganda continúen hablando de supuestos logros económicos, sociales o científicos, realizados o concebidos por el sátrapa caribeño.

Uno de estos supuestos logros es del que da cuenta este 4 de mayo el oficialista periódico Granma en un artículo publicado en su versión digital, donde se narra que el proyecto comenzó en diciembre de 2012 en la finca El Pitirre, en la provincia de Pinar del Río, junto a otras cuatro unidades de La Habana y Mayabeque, con el objetivo de desarrollar las producciones de plantas proteicas, plantas medicinales y la cría de animales, principalmente el avestruz, ave de la que los cubanos han escuchado a las autoridades del régimen hablar en los últimos años, pero de la cual no han visto ni una uña.

Según el texto de Granma, el último experimento agrícola de Fidel Castro descansa sobre cuatro líneas fundamentales de trabajo, siendo la primera de ellas el cultivo de plantas proteicas como la moringa, la morera, la tithonia y la cratylia, destinadas principalmente a la alimentación animal, a pesar de que estas no logran acercarse ni de lejos a materias primas como el maíz o la soya.
Asimismo el proyecto se enfoca en plantas con fines medicinales, dentro de las que se incluyen la propia morera, la stevia, la flor de Jamaica, la acerola y la cúrcuma, lo que inevitablemente nos recuerda la escasez de medicamentos que sufre el país.

El tercer programa está orientado al cultivo de la sacha inchi, especie oriunda de la amazonia peruana, de cuyas semillas se extrae un aceite que contiene omega tres, seis y nueve, y que especialistas cubanos alegan que ha servido en la recuperación de pacientes que han contraído la COVID-19.

La última de estas cuatro aristas del experimento de Castro trabaja en la reproducción de avestruces, pero en su artículo Granma deja entrever, que su desarrollo está orientado a la obtención de dólares, pues señala que esta especie es "muy codiciada por la calidad de su carne, el plumaje y la piel", a lo que hay que sumar que hasta ahora, luego de casi diez años de haber iniciado esta empresa, aun los cubanos no tienen acceso a ninguno de estos productos.

La realidad es que mientras Granma se la gasta ponderando el "ingenio" del fallecido dictador como si se tratara de un ser sobrenatural, los cubanos sufren una profunda crisis alimentaria consecuencia directa de las "grandes ideas" de Fidel, pues fueron esas ideas las que destruyeron la agricultura y la ganadería, y las que no dejaron, y en muchos casos aun no dejan, que Cuba sea un país próspero.

 

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