¿Son efectivas las mascarillas artesanales para el coronavirus?

Pese a que el gobierno cubano las promociona, una mascarilla no profesional no evitará que entre el coronavirus
Presidente y otros dirigentes cubanos con nasobucos
 

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Hasta hace muy poco, las mascarillas o “nasobucos” en esta parte del mundo eran conocidas solo por el uso estético que le da Bad Bunny, y otras estrellas del pop y el trap, que las popularizaron como una moda entre muchos grupos de jóvenes. Desde la expansión del nuevo coronavirus de Wuhan, para algunos estos accesorios se convirtieron en casi una garantía de vida.

Por La Habana hay quien ha improvisado estrafalarios “nasobucos” hasta con partes de sostenes femeninos, ante por el crecimiento de casos en el país. El gobierno cubano, para no desentonar en la feria de la precariedad y como en la isla no hay donde comprar estos artefactos profesionales, ha promocionado mucho la confección de mascarillas artesanales y caseras, incluso en las redes de su Ministerio de Salud (MINSAP). 

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El ministro de Transporte de Cuba, Eduardo Rodríguez, insinuó este miércoles que el uso de las mascarillas “vamos a tener que declararlo obligatorio”.

En una comparecencia en el programa de televisión Mesa Redonda, Rodríguez dijo que una inspección en los ómnibus reveló que los pasajeros no estaban usando la protección.

“A la población le solicitamos que todo el que tenga nasobucos los use. Es feo, es incómodo, pero salva”, enfatizó.

El ministro traduce la imagen que quiere dar el gobierno de seriedad para llevar la crisis del coronavirus en Cuba. Desde hace un par de días hacia acá se ha visto en televisión y otros medios a dirigentes portando una variedad bastante heterogénea de precarias mascarillas, que han provocado la mofa en la población e incluso memes.

“Todo el que pueda usar nasobuco que lo use”, dijo este miércoles en la televisión el presidente Migue Díaz-Canel.

¿Cuán efectivas son? ¿Realmente son un salvoconducto para salir a la calle sin peligro de contraer la COVID-19?   

“Esto no protege del coronavirus”, explica en un tutorial de YouTube  Beatriz Novoa, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (España).

Advierte, mientras enseña a confeccionar una con papel de cocina, que "no protege del coronavirus, pero es una forma de dejar libres las mascarillas para el personal sanitario que las necesita”.

Y tiene razón. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que “se ha demostrado en estudios científicos que sólo es efectivo para proteger a los trabajadores de la salud y reducir el riesgo de que pacientes enfermos diseminen la enfermedad”.

Por su parte, Guadalupe Fontán, miembro del consejo general de enfermería de España, afirma que el uso de mascarillas caseras está sólo justificado en caso “de desabastecimiento extremo”. La población “normal” no necesita mascarillas y el uso de las caseras no está “en ningún caso recomendado”.

Sin embargo, de este lado del atlántico, los medios oficialistas cubanos se han llenado de artículos recomendando y enseñando a confeccionar los inefectivos “nasobucos made in casa”.

Especialistas internacionales han concordado en que la población general sana no necesita utilizar mascarillas, solo los profesionales de la medicina pueden indicar el uso de mascarillas en las situaciones que sean necesarias.

Efecto placebo

La investigadora Beatriz Novoa explica que “el coronavirus tiene solamente 129 nanómetros de diámetro. Se va a colar”, por los resquicios que deja una mascarilla casera.

“Es para sentirnos un poco más protegidos”, concluye.

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Por el contrario, en las mascarillas industriales existen varios grados de filtrado:

FFP1 (78% de eficacia, protege residuos no tóxicos y olores), FFP2 (92% de eficacia, protege de sustancias no tóxicas y elementos fibrogénicos) y FFP3 (98% de eficacia de filtración, capaz de proteger sustancias tóxicas, venenosas, aerosoles, humo, esporas de hongos...).

En España el ministerio de Salud recomienda a los médicos en sus protocolos contra el coronavirus el uso de las mascarillas FFP2 y FFP3.

¿Y si de todas maneras, quieres usarla?

Como quiera que siempre alguien querrá sentir más seguridad, aunque sea más un efecto psicológico que real, y desoirá los consejos de los expertos, es útil tener en cuenta que no se debe tocar una vez que la tenga puesta, como recomienda la Organización Mundial de la Salud.

“Antes de ponerse una mascarilla, lávese las manos con un desinfectante a base de alcohol o con agua y jabón”, advierte la institución internacional.

“Cámbiese de mascarilla tan pronto como esté húmeda y no reutilice las de un solo uso”, es otra de las recomendaciones de la OMS.

Sea estricto con tales medidas, sobre todo porque de entrada, el nasobuco que puede confeccionar en su casa lleva la desventaja de una calidad muy inferior a las de un solo uso que utilizan los médicos o los enfermos. 

“Deséchela inmediatamente en un recipiente cerrado” al término de una única salida.

 

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