La Seguridad del Estado cubana arremetió contra los católicos cubanos y todos los firmantes de una reciente carta en la que exigen libertades y respeto para la sociedad civil, a la vez que denuncian la difícil situación del pueblo cubano.
Desde su sitio web Razones de Cuba, gestionado por el Ministerio del Interior, al cual pertenece, la Seguridad intentó descalificar el documento y a sus promotores y firmantes, a los cuales acusó de, “mediante un seudo lenguaje católico”, llamar a “la insurgencia del pueblo cubano contra el gobierno”.
Bajo el título “Contrarrevolución cobijada tras la cruz y la sotana”, el artículo del medio oficialista afirma que en la carta “se percibe la mano yanqui” y critica que desde hace meses varios sacerdotes cubanos se hayan lanzado a “incitar a los feligreses desde el púlpito de sus iglesias, con amplio apoyo mediático desde Miami”, para “desmontar el sistema socialista”.
Los reclamos de los sacerdotes y del documento, plantea la Seguridad, son contrarrevolucionarios y no gozan de apoyo entre el pueblo cubano, que, afirma sin elementos estadísticos o analíticos de prueba, está con el socialismo y la pretendida revolución.
“A engañar y confundir a otros. Sepa este grupito de contrarrevolucionarios que enfangan las sotanas al servicio de Estados Unidos que no ganarán espacio en Cuba”, concluye el artículo, que, pese a ser publicado hace ya varios días, y contrario a lo que se esperaría de ese supuesto apoyo del pueblo al actual gobierno o de su rechazo mayoritario a los pedidos de los católicos, no ha recibido ni un solo comentario en la web de Razones de Cuba y ha tenido poco arraigo entre internautas de la isla.
Lea también
El artículo de condena contra la carta desde una web gestionada por los órganos represivos del régimen es coherente con la denuncia que este domingo hiciese el sacerdote católico Alberto Reyes Pías, de la diócesis de la provincia de Camagüey.
Según él, muchos de los firmantes de la reciente misiva exigiendo libertades han sido intimidados, por lo que otros, religiosos y laicos, han tenido miedo a firmarla.
La carta abierta, publicada en Internet el 24 de enero, alerta sobre la grave situación económica y social en Cuba y realiza numerosas demandas al Estado.
Además de por la Seguridad del Estado, ha sido criticada también por intelectuales y artistas simpatizantes del régimen como Esteban Morales y Silvio Rodríguez.
Lea también
El reconocido cantautor compartió en su blog Segunda Cita un texto de Morales dirigido a los “enemigos de la Revolución”, quienes “aprovecharon” la víspera del 28 de enero, natalicio de José Martí, para manifestarse contra la falta de libertades en Cuba.
Todo es un gran complot. Los “enemigos” aprovechan la difícil situación económica, la pandemia, la nueva administración demócrata en EEUU, la declaración de miembros de la Iglesia Católica, “que llama a la guerra contra el poder revolucionario en Cuba”, para confundir a “nuestro pueblo”.
“Razones por las que debemos estar muy alertas. Sobre todo, porque se trata de situaciones que se repetirán, de manera incansable. Hasta que nosotros logremos superar el conjunto de dificultades coyunturales que estamos enfrentando”, escribió Morales.
Las declaraciones de la Iglesia católica a las que se refirió Morales en el texto fueron las publicadas en la carta del 24 de enero. El comunicado, con claras críticas al régimen castrista, fue firmado por 80 sacerdotes y laicos católicos, además de feligreses comprometidos de todo el país.
La lista de quienes apoyan el documento sigue aumentando, aunque de manera muy limitada por las presiones y los miedos a la represión, según interpreta Reyes Pías. Todo el que comparta las ideas sobre la nación que allí se expresan, puede rubricarlo.
Lea también
El texto es otra de las iniciativas, individuales o grupales, que creyentes y clérigos han enarbolado en los últimos meses para denunciar la difícil situación del pueblo cubano.
Mientras, los sucesos más recientes que provocaron los pronunciamientos de los voceros castristas para intentar lavar la cara al régimen ocurrieron el 27 de enero frente al Ministerio de Cultura, cuando un grupo de jóvenes fueron a exigir que las autoridades cumplieran la promesa de diálogo hecha en noviembre.
Los jóvenes artistas, pertenecientes al grupo del 27N, fueron agredidos por funcionarios del Ministerio, liderados por el propio ministro, Alpidio Alonso, e introducidos en un ómnibus en el que les propinaron golpes y amenazas.