Cuba parece que avanza a pasos agigantados hacia siglos atrás. Ante la crisis energética agravada por la pandemia del coronavirus, y la amenaza de apagones, el régimen pide a los cubanos que adopten medidas tan “peculiares” como congelar pomos con agua durante las noches, y dejarlos fuera de los refrigeradores durante el día.
El periódico Granma, órgano oficial del gobernante y único Partido Comunista, publicó medidas para “ahorrar electricidad en el verano”, cuando aumenta en la isla el consumo de energía.
Una nota que reproduce declaraciones de Severino Santana, director en la provincia Pinar del Río de la Oficina Nacional para el Control del Uso Racional de la Energía (Onure), informa que en ese territorio los hogares consumen más del 60 % de la electricidad total.
El funcionario, entre las “acciones que las personas pueden poner en práctica desde sus viviendas” para aliviarle al régimen la carga energética, mencionó al reportero oficialista una muy curiosa, y evidencia de la precariedad con que se vive en un país sin esperanza de que el gobierno resuelva sus problemas básicos: “congelar pomos de agua por la noche y dejarlos fuera durante el día, para no tener que abrir el refrigerador con tanta frecuencia”.
Pinar del Río no la única zona con el agua al cuello y sin electricidad. La provincia de Villa Clara en el centro de Cuba, al cierre de la primera quincena de agosto presenta un sobregiro de casi 130 Mega Watts por hora (MW/h), que excede el plan asignado al territorio para el consumo total de energía en un día, según se precisa en un reporte de la Agencia Cubana de Noticias (ACN).
“El actual gasto efectivo supera lo planificado en más de 500 toneladas de diésel, un equivalente a casi dos mil MW/h que, en realidad, ya correspondían al cómputo programado para septiembre”, señala la prensa estatal.
El incumplimiento del mes en curso, “incluso por encima de los reportes de abril y mayo últimos (más del 15 por ciento de infracción)”, ha generado que el llamado Consejo Energético Provincial –en alianza con el Consejo de Defensa– reactive “las medidas aprobadas durante la contingencia de septiembre y octubre de 2019, con el objetivo de garantizar el empleo eficiente del combustible”.
Lo que significa que en varios centros de trabajo del territorio, “se deberán ahorrar 228 mWh diarios mediante el apagado (total o parcial) durante los horarios pico del día (11:00 a.m.-1:00 p.m.) y de la noche (6:00p.m.-10:00p.m.)”, de acuerdo a las declaraciones emitidas por Armando Hernández Pedroso, director de la Oficina Nacional para el Uso Racional de la Energía (Onure).
No obstante, según refirió el funcionario del régimen esta “racionalización resulta muy estrecha, sobre todo si se tiene en cuenta que faltan más de 10 días para que acabe el mes, por lo que los protocolos establecidos al efecto deben seguirse de forma estricta”.
Hasta la fecha, según confirmó Hernández Pedroso, “más del 45 por ciento del consumo total de Villa Clara corresponde al sector residencial, donde todavía el gasto energético –asociado al aumento del confinamiento domiciliario requerido ante los rebrotes de la COVID-19– duplica las tasas promedio de julio y agosto, períodos de mayor consumo en el año”.
A los clientes naturales de la Unión Nacional Eléctrica (UNE) el régimen hace un llamado a “desconectar, mientras no estén en uso, todos los equipos modernos con función en espera (o stand by); no solo porque, en verano, consumen un ocho por ciento más de lo regular, sino también porque, solo en esta modalidad, gastan el equivalente a un millón de litros de diésel en un mes”, según explicó Arian Martín Suárez, especialista principal de la Onure.
Por su parte, Hernández Pedroso agregó que “–aun en la tercera fase de recuperación postpandemia– los más de 11 mil 430 centros de trabajo de la provincia (de los cuales 381 consumen el 80 por ciento de la energía asignada al Estado) deben ceñirse a los planes de consumo establecidos, mediante el respaldo de gastos energéticos contra producciones”.