Ray Fernández apoya a Fernando Bécquer tras denuncias de 5 mujeres por abuso sexual

El trovador cubano Ray Fernández defendió este miércoles a Fernando Bécquer, tras publicarse las denuncias de cinco mujeres que refieren haber sido abusadas sexualmente
Fotomontaje de Fernando Bécquer y Ray Fernández
 

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El trovador cubano Ray Fernández defendió este miércoles a Fernando Bécquer, tras publicarse las denuncias de cinco mujeres que refieren haber sido abusadas sexualmente por el cantautor.

Los testimonios aparecieron en un reportaje de la revista El Estornudo, donde exponen métodos que utilizaría el músico para acosar y violentar con pretextos religiosos a las mujeres, generalmente muy jóvenes, entre el 2002 y el 2012. Las denuncias causaron un gran impacto en redes sociales y otras féminas han compartido experiencias de acoso de Bécquer, mientras que varios trovadores salieron a apoyarlo y minimizan el caso.

Ray Fernández descalificó en redes sociales las denuncias de las presuntas víctimas tildándolas de “chanchullos, bretes y difamación”. Incluso, en un post dio a entender que sabía de algunas historias similares: “lo que antes de la Pandemia era conversación de bares para sazonar un encuentro entre colegas y que tal vez luego se convertiría en una canción jocosa... hoy lo dan por sentado”.

“Se ofrece sustanciosa recompensa por la captura de estos dos elementos... favor de informar a CiberCuba, El Estornudo, o Periódico Cubano, en caso de tener noticias sobre ambos, no importa que sean falsas, las pagamos igual”, expresó Fernández en otra publicación donde puso una foto junto a Bécquer, para atacar a la prensa independiente que informó sobre el caso.

También dijo que quienes critican su postura a favor del presunto violador, son “una sarta de faranduleros resentidos, de trovadictos frustrados, 'periodistuchos independientes', y señoritingas libidinosas”, que emprenden “una campañita difamatoria en contra de mi persona y de otros colegas del Gremio”.

Ariel Díaz y Mauricio Figueiral son otros trovadores vinculados a instituciones oficialistas que salieron a defender a Bécquer o poner en duda los testimonios. Ambos son mencionados en el artículo de El Estornudo, como también el cantante Adrián Berazaín, entre los amigos de Bécquer que sabían de sus actividades de presunto depredador sexual.

El reportaje del medio independiente incluye las historias de Any Cruz, la artista Lilliana H. Balance, la productora Claudia Expósito y otras dos mujeres con identidades protegidas, bajo los seudónimos de Silvia y Patricia.


Según relató Cruz, el abuso sexual en su contra ocurrió en 2012, cuando ella cursaba el cuarto año de la carrera de Radioquímica, con la justificación de que necesitaba una consulta religiosa.

“Fue muy raro porque quedé con los ojos cerrados, inmóvil, mientras él hablaba. No recuerdo que ropa yo tenía, creo que era un vestido. Él me quitó el blúmer, no sé si el pantalón o la saya, y empezó a hacerme el proceso de limpieza a través del sexo oral, el cunnilingus. No sé cuánto demoró en eso ni qué estaba haciendo mi amiga. Yo siempre estuve con los ojos cerrados, no me atreví a abrirlos”, contó Cruz, hoy residente en Argentina.

“No sé si fueron quince minutos o dos horas. Después él decidió que ya estaba. Me vestí y me fui con mi amiga. Desde entonces evitamos cruzarnos. (…) Más nunca hablé con él ni él conmigo ni con mi amiga”, agregó.

Otra de las que denunció fue la música Lilliana H. Balance. Bécquer es amigo de Ariel Díaz, quien tenía una relación ella, y por eso lo conoció.

El acusado propuso a Balance hacerle una consulta religiosa. “En un momento me tocó la mano y mi reacción inicial fue quitarla y abrir los ojos, entonces descubrí que estaba masturbándose delante de mí. Yo me paré y le dije: ¡Estás loco!, y salí para la sala. Ya en ese momento se había venido y todo, y tenía un papel con aquello en su mano y me dijo que lo tenía que echar en un lugar que tuviera cuatro esquinas”.

Balance contó lo sucedido a los trovadores Ariel Díaz y Mauricio Figueiral y no hicieron nada al respecto.


Por su parte, Claudia Expósito denunció que en el 2002 fue víctima de abusos sexuales por parte de Bécquer. Ella estaba relacionada con el mundo de la trova y de esa forma lo conoció.

“Él empezó a consultarme, pero yo no me creía nada de lo que le decían los caracoles. En ese momento él no tenía ninguna conexión con el más allá, porque no estaba diciendo nada cierto. Me pidió que me quitara la ropa. Le dije: «Fernando, ¿eso es lo que están diciendo tus santos que tengo que hacer? Pues diles que yo incómoda esto no lo puedo hacer, ni habrá conexión ni me podrán ayudar en nada si yo estoy incómoda». El aceptó y me pidió que me acostara en el sofá (...) Hizo como un mejunje de miel y aguardiente y comenzó a untármelo en la espalda. Fue muy desagradable, han pasado 19 años y lo recuerdo vívidamente. En ese momento me pidió que me volteara. Eso significaba que me iba a toquetear toda, a pasarme la miel por los pechos. Entonces me levanté y le dije: Fernando no creo en tus santos, por favor, sal de esta casa”.

“Silvia” es una de las que denunció bajo seudónimo. Los hechos ocurrieron en el 2010, con el mismo pretexto de una supuesta consulta religiosa.

A “Patricia”, la quinta testimoniante, le dijo “que había que darle algo al santo (…) que teníamos que ir al cuarto por algo del santo, y me dijo que (…) el santo quería acostarse conmigo y él en su honra de caballero decía que no, haciendo quedar al santo como el malo. (...) Me dijo que cerrara los ojos, nos acostamos uno al lado del otro en la cama, él se bajó los pantalones y me pidió que le tocara la barriga. Yo constantemente le preguntaba: «¿Por qué hay que hacer esto?». Le pedía que me lo explicara de nuevo. Él respondía que toda la mala energía y la carga que yo tenía arriba el santo la iba a recoger a través suyo, y había que soltarla por algún lado. En este caso se refería a soltarla por el semen”.

Luego Bécquer le pidió que le tocara los testículos. “Le pregunté si no había otra manera de hacerlo, pero él decía que el tipo de trabajo que yo llevaba era ese. Mi pensamiento siempre fue el mismo: mientras más rápido salga de esto, mejor. Fue muy incómodo, yo le preguntaba todo el tiempo por qué y quitaba la mano. (…) Supuestamente se terminó de masturbar y eyaculó en un papel”.

El Estornudo contactó con Fernando Bécquer antes de publicar las denuncias, para darle derecho réplica, pero no recibieron respuesta. Tampoco se ha pronunciado el Ministerio de Cultura del régimen cubano.

La periodista Claudia Padrón Cueto opinó sobre las reacciones de los trovadores a favor de Bécquer, que “siempre hay quienes justifiquen la violencia hacia las mujeres, quienes, aunque haya mil testimonios, aunque sepan que es verdad lo que cuentan, las juzgan a ellas, y no al maltratador. Así van reaccionando los amigos del acosador, los cómplices”.

Padrón Cueto añadió que “según algunos, estas mujeres están mintiendo para ensuciar la imagen del 'trovador revolucionario'. Ya dejen de decir que esto es una campaña de la CIA contra él por su ideología. La CIA no conoce a Fernando. No lo conocen ni los cubanos”.

 

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