Las empresas estatales cubanas, como extensión del régimen que representan y al que responden, no conocen realmente lo que es una “oferta” comercial, entendida como una promoción temporal, a un buen costo y con un balance calidad-precio más atractivo para el cliente. Solo así, partiendo de ese no entendimiento, se explicaría que publicitasen como “ofertas” o promociones algunos productos o bienes que siguen siendo costosos en relación con los salarios de la mayoría de los cubanos.
A tono con ello, la sucursal extrahotelera Palmares en Pinar del Río ofrece diferentes “ofertas gastronómicas en calidad de entrega a domicilio” para “beneficiar” a los consumidores en estos tiempos de pandemia por la nueva cepa de coronavirus que tiene a Cuba, y a prácticamente todo el mundo, de cabezas.
Según precisa el diario oficialista que da cuenta de las ofertas, la entrega a domicilio no genera costo alguno. Quizás lo único que haya de atractivo sea eso, ya que los precios siguen siendo elevados en relación con el salario mínimo de la isla, de unos 400 pesos cubanos (16 dólares aproximadamente), e incluso con el medio, unos mil 67 pesos (42.5 dólares).
Entre las ofertas de los establecimientos de Palmares que las promueven hay pizzas familiares napolitanas, de jamón y de chorizo a 4.20 CUC o su equivalente en pesos cubanos (cerca de cinco dólares), así como a 5.40 y 6.20 CUC.
El Guerrillero, medio provincial, agrega que además de pizzas a más de 150 pesos cubanos, la oferta de Palmares para estos tiempos de COVID-19 incluye pollo asado (870 gramos) a 5.50 CUC y en otras variedades, “acompañadas de raciones de arroz con precios inferiores al anterior”.
“La pierna de cerdo asada la comercializan a 24 CUC”, dice el citado medio, sin cuestionar que es mucho más que lo que ganan al mes muchísimos trabajadores en toda la isla, que apenas pueden comprar algo más que los escasos productos que, mes tras mes, le llegan a la bodega para comprar con la libreta de abastecimientos e intentar alimentarse por unos escasos días.
La iniciativa de venta de alimentos de grupos hoteleros y extrahoteleros a la población busca compensar las pérdidas que la pandemia ocasionará al sector turístico, uno de los más importantes de la economía cubana. Sin embargo, los precios con los que se comercializan esas ofertas, si bien serán accesibles para muchos en la isla, dejan fuera a la gran mayoría de ese pueblo por cuyos intereses dice el régimen que vela.
Para pensionistas, profesores e incluso médicos y otros profesionales importantes que se desempeñan en el sector estatal de la economía, aún el mayoritario, una pizza a más de 150 pesos o una pierna de cerdo a más de 600, son lujos que aún no se pueden permitir.