Un cubano de 40 o 50 años no hubiese creído hace una década que viviría otro “período especial”, no importa si un poco más leve, pero así ocurre en estos momentos: filas, escaseces y dolores de cabeza contantes para “los de abajo”. “Los de arriba”, en las alturas del Comité Central, siempre se lo pasan a lo grande.
Pedro Luis García es uno de esos cubanos, de los que ahora tienen que comer croqueta conformada y escuchar la Mesa Redonda para que un ministro gordo y con cara de mafioso le diga “tenemos tripas para repartir”, como si tal cosa fuera un alimento de verdad.
“¡Esto es peor que un Período Especial: desabastecimiento, largas colas durante muchas horas y cuando te toca el turno, se acabó todo! Los primeros son los que compran”, declaró en redes sociales.
“El gobierno con urgencia tiene que ver el asunto de la comida y los agro-mercados. Tienen que prestarle atención al pueblo. La voz del pueblo vale y se respeta. No mientan, que sabemos cuándo se dice mentira. Visiten las tiendas, los mercados agropecuarios, vean los precios de las tiendas en dólares, caminen y vivan como vivo yo”, agregó.
Entre lo que puede mostrar el régimen cubano a sus súbditos, para que duerman confiados en que llevarán comida a la mesa, están unos 2000 kilómetros de tripas que “logran recuperar” de cerdos y reses. Mientras, la carne de esos animales –que seguramente sería mejor recibida por los ciudadanos– viaja otros destinos, como el turismo y las mesas del Partido Comunista, o se pudre en almacenes por la ineficiencia del sistema, como se ha visto.
Cuando uno escucha a un dirigente castrista hablar de los logros de su gestión, y de las medidas del gobierno de Miguel Díaz-Canel para resolver la grave escasez de alimentos, no sabe si reír de la estupidez exhibida por los funcionarios, o llorar por la suerte de los cubanos bajo esa banda de gordos mediocres.
Así fue con la emisión del 10 de septiembre de la Mesa Redonda, principal programa televisivo donde la dictadura se burla del pueblo y destila su propaganda. Ante el sonriente presentador Randy Alonso, que emula en abyección y cretinismo con sus invitados oficialistas, el Ministro de la Industria Alimentaria (Minal), Manuel Santiago Sobrino Martínez, habló de “logros” y proyecciones de la entidad que con tan poca fortuna comanda.
Uno de los resultados más “notables”, lo presentó como ejemplo de la innovación en las empresas del Minal. “Se ha logrado recuperar, por ejemplo, Randy, dos millones de metros de tripas de la res y del cerdo”, lo que equivale a 2000 mil kilómetros de intestinos para alimentar al pueblo.
Además, celebró que este año lo principal producido por el régimen para los cubanos sea “26 mil toneladas de croquetas en la industria cárnica, y más de 17 mil en la industria pesquera”. Randy Alonso solo atinó a decir que con la sangre también se hace dulces.