"No hay que ser adivino para saber quiénes sobran en esta historia"

¿Cuál es el crimen de Ariel Maceo? Ayudar a Ariel Ruiz Urquiola en su finca, llenarse las manos de tierra, cultivar frutas y vegetales, oler una flor, ver el nacimiento de un ternero
 

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Ariel Maceo llega por fin a la puerta de su casa. Está cansado. Ha hecho un viaje de doscientos kilómetros. Tuvo que coger una arañita con dos caballos flacos, una cuarentiña, dos camiones y finalmente un almendrón con peste a petróleo. Abre la puerta. Entra. ¡Hogar, dulce hogar! Mentira. Nada más lejos de la verdad. 

Sus padres están sentados en el sofá de la sala. Tienen los ojos hinchados. Miran al hijo con una expresión de pánico y alivio. La madre deja escapar un sollozo. Ariel comprende todo de repente. Tira su mochila contra el piso y le da un piñazo a la pared. 

-¿Qué coño vinieron a decirles ahora?- pregunta. 

-¡Ay mijo!- dice el padre- que estabas metido en casa de un mercenario peligroso, un agente de la CIA… ¡para colmo ex presidiario! Insinuaron que tú también podías caer preso en cualquier momento. 

Ariel respira profundo. Toma asiento en una butaca frente a ellos. Se tapa la cara con ambas manos, fatigado. Algo se le estremece dentro. Intenta recomponerse para explicarles… 

Solo estaba trabajando en la biogranja “El infierno” con el científico Ariel Ruiz Urquiola.  

Esto es basado en hechos reales. Cualquier semejanza con la realidad es pura aberración. Así comienza un tragedia. La mamá de Ariel Maceo está enferma. Tiene leucemia. Otro detalle terrible es que el estrés empeora su padecimiento. De esta forma trabaja la Seguridad del Estado.

 

 

Tras un joven como Ariel, que solo quiere lo mejor para su país, encontraron una familia vulnerable. ¡Manos a la obra! El modos operandi es acosarla, engañarla, causarle terror, provocar fricciones dentro del hogar. 

Si la salud de los padres se rompe, caerán en los hospitales del gobierno. Ahí van a estar doblemente vulnerables. Los dinosaurios pasarán al chantaje con los medicamentos. Mala atención. La posibilidad de una “casual” negligencia médica. En esta situación, una desgracia no es un presentimiento.  

Ahora mismo, es durísimo ser Ariel Maceo, Abu Duyanah o Ariel Ruiz Urquiola

Son los riesgos de poner la cara y el pecho por el bienestar de tu tierra. Caminas por una línea muy delgada. ¿Hasta dónde Cuba, y hasta donde la vida de las personas que te dieron la vida? Por un lado, sabes que haces algo hermoso. Por el otro, cargas con el sentimiento de culpa de estar matando a tus padres. ¿Qué eres? ¿Un patriota o un hijo de perra? ¿Qué debes ser?

Igual aquí no se está anunciando ninguna retirada. Solo estamos poniendo en perspectiva lo que puede pasar por el alma de un ser humano dentro de la isla.

Ariel no va a abandonar sus deberes. Es uno de los coordinadores de la organización Demóngeles. Bueno.. y para no quedarnos en este título cheo… también es un tipo sexi, que habla con la seguridad de Napoleón y los ojos de Peter Pan. Escribe una poesía brutal y hace fotos geniales. 

Demóngeles siempre ha apoyado a todos los proyectos. Jamás ha hecho propaganda de eso. Ha sido el grupo más pobre, con menos recursos, pero nos entregamos sin misterio. ¡Y OJO! No apoyamos por tontos, sino porque queremos ser buenos y porque es la única forma de sacar a Cuba del bache. Bastante caro nos ha salido. 

¿Cuál es el crimen de Maceo? Ayudar a Ariel Riuz Urquiola en su finca, llenarse las manos de tierra, cultivar frutas y vegetales, oler una flor, ver el nacimiento de un ternero. Este es el tipo de cosas que necesitamos. El gobierno, no solo es un parásito improductivo, también le hace una guerra feroz al que intenta progresar. 

Abu Duyanah y su familia igual han recibido acoso. Llamadas por teléfono bastante rudas y amenazas de muerte. Lo que pasa es que Duyanah es perro viejo en esto. No se me olvida el día que nos conocimos, hace quince años, en el Parque G. Media hora después, junto al hermanito de Danay Suárez, estábamos fajados a los trompones con media docena de policías. 

Terminamos moraditos y “calenticos” en un calabozo de Zapata y C. Supe que el tal Duyanah iba a ser hermano mío porque no me dejó dormir. Yo estaba teniendo un sueño maravilloso con la tenienta que nos registró antes de entrar a la celda, y de pronto, a las tres de la mañana, el niño se puso a recitar la Constitución de la Republica para joder a los guardias y educar a los presos.

La cosa es simple. Ariel Maceo y Abu van a seguir apoyando a todos los que busquen una Cuba mejor que la que tenemos. Paren ya con el bullying. Sus ataques tienen de fondo, una mujer mayor con leucemia, un científico que por ser un titán, ustedes le inocularon VIH, una dama fascinante, profesora de lujo, que expulsaron del ISDI, y dos poetas que solo quieren ayudar a un hermano y a su país. 

Ahí está la mejor radiografía de cuan miserables son. No hay que ser adivino para saber quiénes sobran en esta historia.   

 

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