Ministerio de Cultura castrista juega sucio: inicia farsa de diálogo con “jóvenes seleccionados”

El régimen dejó claro que no le interesa el diálogo ni respetar los derechos humanos, y traicionó un segundo encuentro pactado con los manifestantes, para organizar este sábado un retablo de la simulación
Farsa de diálogo en Mincult. Foto: Cubadebate
 

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Ya se está completando la farsa del castrismo que dio inicio apenas concluido el encuentro del 27 de noviembre con artistas y activistas en el Ministerio de Cultura (Mincult), que fueron a protestar por la represión contra el Movimiento San Isidro y por más libertades en Cuba.

Detenciones, amenazas, arrestos domiciliarios y difamación en los medios de propaganda estatal, se han venido sucediendo luego del plantón de cientos de personas frente al Mincult. El régimen dejó claro que no le interesa el diálogo ni respetar los derechos humanos, y traicionó un segundo encuentro pactado con los manifestantes, para organizar este sábado un retablo de la simulación, con personas procastristas, incautos que se tragaron el relato oficialista (¿será posible, a estas alturas?) o quienes no tuvieron el valor de negarse al juego del represor.

Mientras varios activistas y artistas independientes se encuentran rodeados por la policía, el medio de propaganda Cubadebate informa que se “desarrolla en el Ministerio de Cultura encuentro con jóvenes artistas y creadores, que están dispuestos al diálogo y no han comprometido su obra con los enemigos de la Revolución Cubana”, la justificación de siempre que esgrime la dictadura para reprimir el disenso.

Allí se encuentra el ministro Alpidio Alonso, quien no se atrevió a dar la cara el 27N; el presidente de Casa de las Américas, un errático Abel Prieto; Luis Morlote, presidente de la Uneac y funcionario de carrera; Rafael González, presidente de la AHS y el viceministro Fernando Rojas, máxima autoridad del régimen que estuvo en la reunión con los independientes.

Entre los jóvenes que accedieron a la farsa "seleccionados" por su pensamiento inofensivo para la dictadura, está el artista plástico Humberto Díaz, el fotógrafo Gabriel Guerra Bianchini, el realizador audiovisual Joseph Ros, el actor cubano Reinier Díaz, el músico Jota Barrioz. Aunque, como asegura Cubadebate, “algunos de ellos estaban presentes el pasado 27 de noviembre, frente al Mincult”, ninguno ha sido importante en los debates posteriores y sin dudas la dictadura no los ve como “peligrosos”.

Alpidio Alonso, un verdadero “desaparecido” de los últimos días, donde solo se le vio en Twitter, dijo que “la política cultural se fundó en el diálogo. Mientras más diálogo, mejor han funcionado las instituciones”, aunque ahí está la historia de represión a los intelectuales en el castrismo, para desmentir al ministro.

Un presentador y cantante con ninguna obra de mérito, que se hace llamar Jota Barrioz, dijo que apoya “el diálogo bilateral”, pero acotó que no se siente “identificado con el MSI” y que hablaría en el Mincult “como ciudadano y artista”.

El crítico de arte en medios oficialistas Maikel Rodríguez dijo que “la idea de que el arte tiene que ser libre, está en la esencia del arte cubano (...) El arte ajeno de las leyes es campo de la anarquía. El artista es un sujeto social y tiene que responder a leyes sociales”. Por lo transcrito en medios oficiales, parece que este joven reseñista de exposiciones justifica la represión contra importantes artistas cubanos como Tania Bruguera y Luis Manuel Otero Alcántara.

Pedro Pablo Cruz, un locutor que ha hecho carrera en la televisión estatal y con negocios representando artistas ante empresa del régimen, se montó en el trillado discurso de Díaz-Canel: “Tenemos que actuar como país y sin ingenuidad, porque todos sabemos que hay intereses de los Estados Unidos de desestabilizar el país, hay que pensar como país y desde el Mincult generar diálogo, alianzas y estrategias…”

José Ernesto Nováez, vicepresidente de la AHS, se encargó de decir algo que se contradice con los acontecimientos represivos que continúan: “No creo que exista un dirigente de la cultura en este país que no entienda la importancia del diálogo. Lo cual no quiere decir que siempre se haga (...) No podemos perder la perspectiva de que este no es un debate puro (…) Donde quiere que dialoguemos hay que tener claro que proyecto de país defendemos. Yo estoy de acuerdo siempre dentro de los principios de una Cuba soberana y socialista”.

A seis décadas de dictadura, en Cuba el régimen continúa violando derechos esenciales, y el sistema de dirigentes y artistas privilegiados sin moral repiten como un mantra del horror: “contra la Revolución, ningún derecho”.

 

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