La revista oficialista El Caimán Barbudo, perteneciente al sello Abril de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), lanzó en su página oficial de Facebook la siguiente interrogante: ¿Es la Televisión Cubana la mejor TV pública del mundo?
La pregunta, realizada a propósito del aniversario 70 de la primera transmisión televisiva realizada en la Isla, ha generado un fuerte debate entre cubanos residentes dentro y fuera del país.
El periodista y académico José Raúl Gallego, comenzó subrayando que “la televisión cubana, al igual que el resto de los medios oficiales no es pública, es estatal. Se subordina al ICRT (Instituto Cubano de Radio y Televisión) que es parte de la estructura del estado, la política informativa está subordinada al Partido Comunista y por si no bastara no cumple con los valores de inclusión que debe caracterizar a un medio público, ya que sectores de la población que disienten del gobierno total o puntualmente no tienen espacio en su parrilla”.
“Eso es solo señalando lo elemental en las dimensiones relacional y axiológica. Si entramos a analizar cuestiones económicas y de gestión hay mucho más que indican que la TV cubana de pública no tiene nada”, acotó Gallego.
Hilda Mola, residente en la provincia de Cienfuegos, especialista en temas de patrimonio, también se sumó al debate y opinó: “Veo mucho televisor a pesar de las otras opciones que hoy tenemos y que las uso también. (…) estoy de acuerdo sobre los esfuerzos que se hacen, con lo injusto que a veces somos con este medio, pero no me parece que seamos la 'mejor televisión del mundo'.
El crítico de arte y escritor Maikel José Rodríguez Calviño, señaló: “Cuestión problemática”. “No alcanza los niveles de banalidad que caracteriza a otras televisoras, pero carece de la capacidad productiva de estas. Intenta ser una televisión diversa en cuanto a gustos y opciones. En ella, la ópera convive con el reguetón. Pero necesita presupuesto y actualizar sus propuestas a fin de hacerse más atractiva a su público. Entre las opciones menos felices cuentan los noticiarios. Y el hecho de que las películas del sábado cuenten entre lo más visto es sintomático. Mientras no se le inyecte el dinero que necesita y genere contenidos capaces de competir con el paquete, no será vista tanto como se desea”, refirió.
En el debate predominan opiniones muy diversas. Algunas que denunciaron directamente el carácter totalitario del régimen y su control absoluto sobre los medios de comunicación, fueron censuradas, según criticaron usuarios.
El periodista Alberto Arego, escribió entre los comentarios de la publicación: “Tiene demasiado por hacer y muchas voces por sumar para ser de verdad una TV pública. En España tienen espacio todos los partidos políticos y, aunque en algunos gobiernos se vio la mano del partido en la Moncloa, intentan responder a la ciudadanía y no al gobierno. Ofrecer series, películas y demás no hace una TV de calidad, los debates que necesitan los cubanos no están en la pequeña pantalla, ahora están en Internet. Cuando llegue ese día, entonces se podrá decir que es una TV pública, ahora es estatal y responde a un único partido, no a la gente. Que en el NTV (Noticiero de la Televisión Cubana) hablan de alimentos y la gente no los vea, dice mucho de la realidad paralela que proyectan. BBC, de Reino Unido, también es un modelo público o la DW de Alemania que debería aspirar la TV de la Isla”.
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Otro reportero y Máster en Ciencias Políticas, David Corcho, señaló: “Primero, ya la pregunta viene con un adjetivo: 'pública'. En cuanto 'al mundo', pues no se compara, por ejemplo, con la TV pública de Gran Bretaña, la de España... En cuanto a la región, le va mucho mejor, porque la TV pública ha desaparecido prácticamente de muchos países o se redujo a mínimos. En comparación con las televisoras privadas de este continente, la TV cubana tiene mejores contenidos, pero porque casi todo lo que sirve ahí es pirateado, Cuba no paga derechos de autor, y cualquier televisora privada de América Latina tiene que hacerlo. Si usted le quita a la televisión cubana los documentales, las películas, etc., que piratea de internet y otros lugares, ¿qué queda? El Noticiero, la novela y los 'dramatizados', todo, una verdadera basura. En resumen: no es muy distinta de las televisoras privadas de América Latina. Y hasta peor, porque paga muy pal a su personal. ¿Alguien ha visto la televisión pública de Brasil y de México? Fíjense, dije públicas, no privadas. Le recomendaría a nuestros queridos dirigentes del ICRT que se dieran una vuelta por ahí, para que compararan”.
Con el comentario de Corcho, coincidió el crítico de arte y docente, Hamlet Fernández Díaz: “Lo que habría que preguntar es ¿qué por ciento del total de la programación que transmite la TVC es producido por el ICRT. Estoy seguro que debe andar por un 30% como mucho. Entonces son la mejor TV pirata del mundo, eso sí. Si Netflix los demanda no sé qué van a hacer. Se quedan sin oferta cinematográfica”.
Hiram H. Castro, señaló que “salvo los programas de noticias y la propaganda ideopolítica no está mal como televisión pública. De hecho, tiene bastantes elementos defendibles”.
“La televisión pertenece a la familia en el poder. El periódico Granma también, El Caimán, el Juventud Rebelde... las calles (que eran de Fidel Castro y ahora imagino que alguien las heredó), las personas (el Community Manager de esta página es propiedad de la dictadura, si mañana la crítica no puede salir del país), las casas, los perros, los gatos, los dólares, el CUC, los paladares y así. Todo le pertenece a la dictadura…”, el activista cubano, Norges Rodríguez, fundador del medio independiente Yucabyte.
En tanto, José Raúl Gallego, concluyó: creo a) que no debe ser la única, y b) que no debe hacerse pasar por lo que no es. Si la Tv cubana fuera pública existirían consejos editoriales ciudadanos, se rendirían cuenta cada cierto tiempo, tuviéramos el derecho a exigir representatividad en la parrilla, no hubieran botado a Andy Vázquez cuando decenas de miles de cubanos firmaron y abogaron porque no lo hicieran. En fin, para no darle muchas vueltas al asunto, en dictadura, en totalitarismo, no hay nada público, porque hasta en la educación ellos se toman el derecho de expulsarte como estudiante, por cuestiones políticas, sin que tengas a donde reclamar, porque así está legalizado en los reglamentos”.
El 24 de Octubre de 1950 se realizó la primera trasmisión televisada en el país, por Gaspar Pumarejo de Unión Radio TV, y consolidada luego en diciembre del mismo año con la salida del Canal 6, iniciativa de Goar Mestre Espinosa con CMQ Televisión. A partir del 1º de enero en 1959, Fidel Castro intervino la empresa.