"Hoy me han regañado en la escuela por tener el pelo largo. Ahora estoy en la Universidad. Vine a hablar con el decano sobre equidad de género, respeto hacia la identidad de género no binaria, entre otros temas. Estoy nervioso. Deséenme suerte", escribió en su cuenta de Twitter el estudiante, identificado como Betto Góngora en esta red social.
La publicación ha generado un debate en el que sobresalen las intenciones de apoyo de sus seguidores y personas solidarias ante este problema.
Lea también
"A mí me parece que para el siglo en el que estamos esto es un absurdo, es echar por tierra desde la Casa de Altos Estudios el trabajo contra los estereotipos de género que hacen otras instituciones y activistas", le contestó la activista trans cubana Mel Herrera, quien también ha pasado por los predios de la Universidad de La Habana.
"Pero y eso? La cantidad de amigos peluos que tuve en la universidad, eso no está prohibido que yo sepa", dijo otra usuaria.
La discriminación al interior de las instituciones universitarias en la Isla no es nueva. Este es el tipo de bullying más noble, aun cuando parte de criterios estéticos e ideológicos de los inicios de la Revolución Cubana, cuando tener el pelo largo era síntoma de "diversionismo" o "penetración ideológica" o cultural.
Eran tiempos en que los cuatro de Liverpool, esos Beatles de pelo largo, eran satanizados por ser "el enemigo".
Del lado oficial, le respondieron así:
Actualmente, los casos de discriminación en las universidades cubanas tienen que ver igualmente con la ideología, pero en un punto extremo que llega a la expulsión de los que invitan a pensar, más allá de moldes y ataduras de un Partido Comunista único.