Martha Beatriz Roque, economista de formación y relevante activista de la disidencia cubana mereció el Premio Patmos a la Libertad Religiosa, convirtiéndose en la primera mujer en recibir el galardón desde su creación en 2014. “Es un reconocimiento de los que se ha hecho durante años y, por consiguiente, un estímulo”, refirió a ABC.
El pastor Mario Félix Lleonart, miembro del jurado, expresó: “El Premio Patmos por fin se dedica a alguien que siempre mereció recibirlo, mujer de fe que no ha hecho otra cosa en los pasados 31 años que ser consecuente a sus creencias, y en cuyo nombre encontramos un símbolo para rendir homenaje a todas las mujeres cubanas de fe, pero especialmente a aquellas que por no renunciar a dicha fe han sufrido martirios y prisiones”.
Lleonart aludió a las dos estancias carcelarias de Roque, la primera en julio de 1997, cuando fue detenida por el régimen de la isla castrista, a raíz de la presentación del manifiesto “La Patria es de todos”, que promovió junto a los también opositores Félix Bonne Carcassés (fallecido en 2017), René Gómez Manzano y Vladimiro Roca Antúnez.
Según detalló ABC, “La Patria es de todos” proponía “no solo por una transición democrática, sino que planteaban un concepto inclusivo de patria incompatible con el relato del castrismo”.
Martha Beatriz Roque salió de la prisión en 2000 y volvió a ser encarcelada en 2003, durante la llamada “Primavera Negra”, desatada por una ola represiva de la dictadura contra cualquier persona que no siguiera el coro del régimen.
La activista fue condenada a veinte años de cárcel, pena que continúa vigente, aunque actualmente se encuentra en libertad provisional (licencia extrapenal).
“Ser cristiana es una manifestación en la vida diaria. No es un dicho, o una práctica de ir a la Iglesia: hay que ser cristiano a los ojos de todo el mundo. Algunas personas analizan cómo he atravesado los problemas de mi vida, dos prisiones y el hostigamiento del que he sido objeto. Yo le digo a algunos amigos que soy como Frankenstein; estoy averiada por todos lados de los golpes que me ha dado la dictadura, pero en mí Dios da un testimonio al mundo de lo que significa la fe”, señaló Roque a ABC.
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Sobre la situación actual de la disidencia cubana opinó durante la entrevista a propósito del Premio Patmos 2020: “Está en uno de sus peores momentos. Peor que en años anteriores, más debilitada, como es lógico”.
“Hay que ser objetivos: en primer lugar, la disidencia estuvo formada por muchísimas personas que querían un tránsito, quería que estuvieran en un lugar donde al moverse, cayeran en Estados Unidos. Es una realidad que no debemos ocultar (…) Lo que sucede es que, al cerrarse todos los caminos que llevan a Roma, o mejor dicho, a Miami, pues estas personas han dejado de tener interés en estar dentro de la disidencia. Algunos se han retirado. Otros se mantienen, pero sin hacer lo que se hacía antes”, agregó.
ABC reportó que la reconocida activista también señaló que la labor del Movimiento San Isidro, “de cuyos integrantes destaca la forma en que se comunican con el pueblo”. “Estos disidentes prefieren impartir consignas –a través de carteles- relacionadas con los problemas diarios de la gente, como la falta de productos alimentarios o farmacéuticos, antes que lanzar proclamas genéricas contra los Castro o llamamientos a favor de los Derechos Humanos”.
“Una suma de problemas que ayudan a que el pueblo comprenda mejor lo que está pasando dentro del país y las promesas incumplidas de la dictadura”, concluyó la galardonada.
El Premio Patmos se otorga cada 31 de octubre a creyentes cubanos consecuentes con su fe religiosa. En las seis ediciones anteriores fue entregado a Amador Blanco Hernández (2014), P. José Conrado Alegría (2015), Dr. Oscar Elías Biscet (2016), Dagoberto Valdés Hernández (2017), Dr. Eduardo Cardet Concepción (2018) y Roberto de Jesús Quiñones Haces (2019).
