El humorista cubano Limay Blanco compartió en redes sociales el gasto de electricidad durante el último mes: nada más y nada menos que 11 000 pesos cubanos.
“Hola, necesito a alguien que me ayude para saber qué es lo que está gastando tanta corriente”, comentó Limay entre preocupado y triste, a cualquier persona interesada en el asunto.
Muchas personas comentaron el post. Algunas le sugirieron revisar si su metro-contador funcionaba bien; otras, que llamara a la Empresa Eléctrica o a un inspector, para revisar si hubo una irregularidad; unas terceras, que contuviera su consumo.
Lo cierto es que, luego de establecidos nuevos precios como parte de la Tarea Ordenamiento, las tarifas de los servicios se han “disparado” en Cuba. Muchas personas ven salir los billetes –como se dice coloquialmente– con la misma rapidez con que llegan al bolsillo.
El aumento de las tarifas eléctricas de manera inconsulta por parte del gobierno o empresas, como sucede ahora mismo en Cuba, siempre ha sido motivo para protestas populares, pues los ciudadanos se ven afectados directamente en la economía doméstica.
En declaraciones publicadas por Granma, el funcionario del gobierno dijo que "la fórmula que se ha buscado es la más justa, equitativa, parte de nuestros principios de justicia social y toma en cuenta la protección de las capas de menores ingresos de la población".
Sin embargo, a poco de terminar el 2020, el régimen se vio obligado a rebajar los nuevos precios de la electricidad, que entraron en vigor el 1 de enero de 2021, tras un fuerte descontento popular.
El precio de la electricidad en Cuba antes del aumento era elevado respecto al salario para cualquier persona que tuviera algún equipo alto consumidor, como un aire acondicionado, por ejemplo, tan necesario en un país con temperaturas por encima de 30 grados.
