La imagen de un padre cubano con su hijo desprotegido sorprende en tiempo de coronavirus

La foto de un padre con su hijo sin nasobuco, en la calle, generó indignación en las redes sociales este sábado.
Foto publicada por la ACN
 

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Con lo grave que se ha puesto en Cuba la crisis generada por el nuevo coronavirus, uno esperaría no ver una imagen como esta.

Una foto así carece de justificación, raya el absurdo a un mes de que el régimen de los Castro confirmara los primeros casos de infección en la Isla, y luego de toda la campaña de divulgación sobre las medidas que hay que tomar para evitar el contagio, lo menos que alguien consciente, sensato, responsable puede sentir ante semejante escena, es indignación. 

Si bien sobra quien no cree en las cifras que ofrece el régimen cada día respecto al avance de la COVID-19, o a quien le parece insuficiente o mal aplicado el plan de contención, nadie puede negar que se ha bombardeado al país desde todos los medios con información suficiente, oportuna y comprensible, sobre cómo protegerse y proteger a los demás.

A estas alturas nadie puede decir que no conoce, que no entiende, que no escuchó bien, que no se ha enterado, que nadie se lo dijo, y tampoco cabe excusarse en que no tengo nasobuco, o que solo tengo uno y en este momento está sucio, porque además de orientar su uso, las autoridades del régimen lo hicieron obligatorio y oportunamente informaron que será multado todo aquel que sea visto en la vía pública sin llevar uno debidamente puesto.

Publicada por la estatal Agencia Cubana de Noticias (ACN) este 11 de abril, la foto dejará a más de uno sin palabras, y es que no es para menos. Por más vueltas que le den no encontrarán excusa válida. La imagen lo dice todo.

 

"Que el niño vaya en su velocípedo indica que nada de urgente tuvo la salida. El hombre fue a buscar, comprar o a 'resolver' algo ―que carga en la jaba― y se llevó al pequeño con él. Así de simple", con estas palabras explica la foto la ACN.

Luego de la irresponsabilidad del régimen al no cerrar la frontera a tiempo e incentivar la llegada de turistas, sobre todo de zonas afectadas por el COVID-19, a la población solo le queda volverse responsable, o más responsable, aferrarse a las más elementales normas cívicas y cumplir con todas las medidas orientadas para prevenir el contagio, las cuales incluyen el uso de nasobucos, y quedarse en casa, algo que en el caso de los menores debe ser aplicado de una forma más estricta.

Y es que el virus no discrimina, ataca a todos por igual; lo suyo es contagiar, enfermar a la gente, y hasta ahora lo ha estado haciendo bien, ¿o será que nosotros, los humanos, lo hemos estado haciendo mal? De nada sirve que un grupo se aferre a las medidas de prevención, cuando otro grupo actúa como si nada estuviera pasando. Esta batalla solo se gana, si trabajamos todos juntos.

 

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