Hace alrededor de un mes la capital de Cuba pasó a la primera fase de la etapa pos COVID-19 y este martes 21 comenzó la segunda fase. Pero a pesar de que está autorizada su apertura, las cafeterías y restaurantes privados se enfrentan a una difícil situación, pues carecen de los suministros necesarios para poder comenzar a prestar sus servicios
¿Dónde podrán abastecerse los restaurantes privados?
Nosotros aprovechamos, y la reparación que teníamos planificada para el mes de junio la comenzamos a realizar desde mediados de abril –nos cuenta Antonio, esposo de la dueña de un restaurante en el Cerro- y aunque ya casi estamos listos para la apertura nos va a ser prácticamente imposible hacerlo.
-El cierre, que hicimos antes de que se ordenara por el gobierno, nos cogió con un buen stock de comida, no así de bebidas –explica Antonio-. Pero en estos meses la familia ha tenido que ir consumiendo de ello por el gran desabastecimiento que padece el país. Y si el estado no da solución a ese problema no podremos abrir el restaurante, aunque ya esté lista la remodelación.
Antonio aduce que en estos últimos días han pasado por el restaurante decenas de clientes preguntando que si estaban abiertos o que cuándo pensaban abrir, y que al contestarles que no sabía, pues no tenían dónde comprar los productos, las personas lo miraban extrañados, ya que la mayoría piensa, según le dijeron, que ellos tienen tiendas en las que pueden comprar al por mayor.
En conversación con Víctor, residente en el municipio 10 de Octubre, un multioficios que realiza labores de mantenimiento desde hace años en un restaurante privado, me explica que donde él trabaja no han podido abrir por falta de mercancías. Continúa diciendo que hace unos días estuvo en el restaurante “El Lateral” y al verlo funcionando entró para tomarse una cerveza. Que al preguntarle a un dependiente qué cómo era posible que ellos estuvieran brindando servicio si no había nada en las tiendas, éste le contestó:-Los dueños decidieron abrir con la reserva que tenían, pensando que el gobierno iba a abastecer los mercados, pero eso, como ves, no ha sucedido. Pienso que dentro de poco, si la situación no cambia, tendrán que volver a cerrar.
Una funcionaria del Ministerio del Trabajo del municipio Cerro, que solicitó no ser identificada, manifestó que una buena cantidad de propietarios de cafeterías y restaurantes del territorio habían entregado cartas a esa entidad explicándoles que se veían imposibilitados de echar a andar sus negocios por carecer de los productos necesarios para hacerlo. También expresó que en el mes pasado (junio) se había retirado en el país más de 200 licencias a trabajadores por cuenta propia. Que principalmente había sido en el sector de la gastronomía y las causas fundamentales fueron problemas de higiene y por no poder justificar los productos que tenían en venta.
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¿El régimen actuó de buena fe o es una trampa?
Un propietario de restaurante en el municipio Playa me explicó que tenía un buen nivel de aseguramiento, pero que de “algunos” productos no poseía el comprobante.
-Mira amigo –me dice el hombre-, no me voy a arriesgar a que me cierren el negocio que tanto trabajo me ha costado levantar. Estaré cerrado hasta que el régimen sea capaz de abastecer debidamente las tiendas. Algo que pienso irá para largo.
Yunior, quien posee un restaurante en los alrededores del Mónaco, dice que a él le parece que esa autorización a los particulares es una trampa y no un acto de buena fe. Y continúa:
-Llégate a los pequeños restaurantes estatales que hay por aquí y verás que dos no están funcionando y otro sólo vende ron. Pero el problema no es pospandemia, esto viene desde antes. Cuando tenían algo en el menú era uno o dos platos y todos a base de carne de cerdo.
¿De dónde voy a sacar las mercancías? Creo que nos autorizaron a reabrir para visitar a quienes lo hagan, hacerles una inspección, ver de dónde sacan los productos y si no tienen justificación cerrarles el negocio o acusarlos de acaparamiento si encuentran grandes cantidades de productos. Te repito, es una trampa y un engaño a todos -termina Yunior.
Las tiendas en divisas tampoco resuelven el problema de los restaurantes privados
Contrario a lo que muchos puedan pensar, la apertura de las tiendas en divisas no resolverá el problema del abastecimiento de la gastronomía no estatal. Los particulares tendrían que comprar la mercancía en dólares y no podrán vender sus productos en este tipo de moneda, pues no están autorizados para ello. Tras varios meses sin poder comercializar, ahora tampoco pueden hacerlo.
¿Tuvo en cuenta el régimen la difícil situación que se presenta para las cafeterías y restaurantes particulares? ¿O esa autorización sólo fue un nuevo engaño?