La joven trans que se hace conocer como Merlia Somers denunció este 22 de marzo un caso de acoso policial, con tintes transfóbicos, en su municipio Cabaiguán, donde la detuvieron y multaron por vestir de mujer.
Según cuenta la muchacha, que aparece registrada con su nombre de nacimiento, Julio Manuel Martínez, el domingo 21 de marzo hacía una fila para entrar a una tienda MLC en su municipio cuando un policía la requirió por vestir “así”, es decir, como mujer.
Le dijo que violaba artículos de la Constitución, ninguno de los cuales pudo citar, a lo cual ella contestó negando cualquier violación y exigiendo que se respetaran sus derechos como persona transexual.
Merlia pagó con un arresto inmediato, su conducción en auto patrulla a la estación de policía y una multa de 1000 pesos por “uso incorrecto del nasobuco”. La joven apelará por las vías formales esa decisión, además de hacer una denuncia por discriminación.
Organizaciones de la sociedad civil y medios independientes denuncian las injusticias que se cometen contra las personas trans y homosexuales en Cuba. La policía, que goza de impunidad, pone multas, golpea y acoso a las personas de esta comunidad cuando lo desean.
Mientras tanto, para los defensores de la comunidad, que no se amparen en el CENESEX, queda el hostigamiento de las autoridades y la represión. Como todo en Cuba, la lucha por los derechos LGBTIQ deben “entrar” dentro de los cauces del Estado.
Para muchas personas trans, la prostitución es el único trabajo al que tienen derecho. Según Yeilis María Ríos Miranda, fue prostituta antes de hallar trabajo en un bar de La Habana, donde reside desde hace ya 10 años.
El trabajo en el bar durante los últimos cuatro años antes de la pandemia de coronavirus le permitió tener una mejor situación que la que presenta ahora, cuando se ha visto privada de su fuente de empleo por las medidas restrictivas a las que obliga la contingencia sanitaria y no halla otras opciones.
La ausencia de estas últimas, que constató cuando la entidad del régimen sólo le ofreció ser auxiliar de limpieza en un policlínico u hospital, le hizo increpar en su post a Malú Cano, Coordinadora Nacional de TransCuba -una de las organizaciones de la comunidad LGTBIQ reconocidas por el oficialista Cenesex de Mariela Castro-, y decirle que, al parecer, prostituta es “el único trabajo al que tenemos derecho las transexuales en Cuba”.