Las fotos de aglomeraciones de cubanos para comprar comida, insumos o cualquier cosa que parezca, donde sea, en medio del clima de escasez habitual de la isla, acrecentado en estos tiempos de pandemia, son habituales en las redes sociales, aunque, como es de suponer, inexistentes en los medios oficiales.
Ante éstas, las reacciones son disímiles. Muchos culpan al régimen cubano de esos episodios, resaltando su incapacidad para suministrar alimentos en todas las comunidades, como el aislamiento social, la suspensión del transporte público y las medidas de confinamiento para evitar contagios de COVID-19 requieren, pero no faltan los que critican a aquellos que salen de su casa en busca de comida.
A estos últimos, incapaces al parecer de ver más allá de las simples fotos, el joven cubano Eduardo Sánchez, matemático de formación y desarrollador de la Plataforma de Democracia 2.0 para la circunscripción cubana Ágora 2, les dedicó un contundente mensaje en Twitter.
“No se confundan. A nadie le "divierte" salir a meterse en una cola para comprar galletas con este calor y con el riesgo de infectarse. Irresponsable es el que organiza una fiesta o monta un acto político, no el que sale a comprar comida, que es una actividad esencial”, escribió Sánchez, que tiene cerca de mil seguidores en la red social del pájaro azul.
“Antes de pensar que toda esa gente "está loca", hay que preguntarse por qué, a pesar de todo, están ahí; qué circunstancias sociales los llevan a sopesar el riesgo y considerar que coger coronavirus en la cola de las galletas es peor que no conseguir galletas”, agregó, instando a los críticos de los que salen a comprar a profundizar en sus análisis y críticas.
“También habrá que preguntarse qué podría hacer el Gobierno para evitar estas aglomeraciones. ¿Tienen que venderse las galletas de manera centralizada? ¿No hay una manera más eficiente de distribución de productos esenciales? ¿Sabremos que habrá galletas siempre? ¿Y lo de TuEnvío?”, subrayó el matemático.
“Cualquier análisis "en tiempos de coronavirus" que se haga sobre Cuba y no incluya estos dos enfoques lleva una carga de clasismo, aporofobia e insensibilidad que prácticamente lo invalida. Empaticemos, antes de juzgar”, concluyó su hilo.
El señalamiento de Sánchez es certero. Al parecer, muchos prefieren criticar a los que salen a buscar comida y son incapaces de cuestionar el por qué deben hacerlo. Las imágenes de Obispo y la aglomeración para comprar galletas de sal son impactantes, sí, pero lo último que debe sugerir es que los cubanos son irresponsables e indolentes ante la epidemia de COVID-19 en la isla.
Más bien, lo justo y oportuno debería ser exigir más al régimen, para que distribuya mejor los escasos productos y evite que muchos deban desplazarse a comprar. Así lo exige el virus, pero también la precaria realidad que habitualmente se vive en el país.