Impedido físico cubano lleva 3 años solicitando cambiar su silla de ruedas y no recibe respuesta

Luego de tres años de espera este hombre aún mantiene la confianza en que el régimen no lo va a dejar desamparado, con ese cuento los Castro llevan 61 años en el poder
Impedido físico cubano lleva 3 años solicitando cambiar su deteriorada silla de ruedas por un triciclo y no recibe respuestas
 

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De los creadores de "En Cuba nadie quedó desamparado", ahora llega la historia de un impedido físico que lleva 3 años solicitando cambiar su silla de ruedas y no recibe respuesta.

Ramón Gavilán Durán es un holguinero residente en el municipio Cacocum, en la localidad de Barrio Nuevo, en Cristino Naranjo, y producto de una diabetes mellitus tipo 1 que padece desde el año 2000, en 2017 le amputaron la pierna derecha, según explica en una carta a la que el periódico estatal Juventud Rebelde diera acuse de recibo este 11 de agosto.

Para mejorar sus condiciones de vida, en varia ocasiones se ha acercado a la dirección de la Asociación Cubana de Limitados Físico-Motores (Aclifim) en Cacocum, para plantear la necesidad de adquirir un triciclo de mano, pero hasta ahora no ha recibido respuesta en tal sentido.

Ante esta aparente negativa, en el 2018 se comunicó personalmente con la presidenta del gobierno municipal, y luego de esto se le informó que la presidencia de la Aclifim nacional conocía de su necesidad, y que en ese momento ya dependía de ella la solución de su problema.

"El asunto es que mis traslados los realizo en una silla de ruedas que se encuentra en malas condiciones. Vivo con mi madre, que es jubilada. Ahora, para empeorar la situación, mi madre está perdiendo la visión", explica Ramón, y agrega: "tengo que realizar las compras de los productos para ambos. Los lugares me quedan distantes del hogar, y se me hace prácticamente imposible el traslado".

Ramón señala en su carta que en ocasiones dispone de la ayuda de algunos vecinos del barrio, "pero esto no es diariamente. No puedo contar con la presencia de ellos en ciertas circunstancias".

Como si tres años no fueran suficiente evidencia de lo contrario, afirma que "esta Revolución no deja a nadie sin amparo, soy consciente de ello. Menos a los discapacitados. Tengo fe de que se resuelva mi situación. Tengo 48 años, y confío plenamente en la humildad del sistema y de sus directivos".

Lamentablemente el caso de Ramón no es el único. Aun después de llegar a la prensa del régimen es poco probable que lo ayuden, con la excusa de que el país está en crisis, o de que hay otros que llevan más tiempo que él esperando, o que el embargo estadounidense no lo permite, como si en Cuba no pudiera hacerse, a muy bajo costo, un triciclo, incluso de manera artesanal como se hacen los conocidos bicitaxis.

Más seguro es que lo vayan a visitar para tirarle de las orejar, porque tres años es mucho tiempo para la presidencia nacional de la Aclifim, donde al parecer tienen cosas más importes que atender a sus afiliados.

 

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