El líder opositor cubano José Daniel Ferrer se declaró este 14 de enero en huelga de hambre en protesta por el acoso de la policía política contra las actividades de su organización, la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU).
En un comunicado que publicó en redes sociales, Ferrer aseguró que lo acompaña la también opositora Nelva Ismarais Ortega Tamayo y que el motivo de la huelga son los impedimentos puestos por el régimen a la alimentación gratuita brindada por la UNPACU a ancianos, enfermos, alcohólicos y madres sin recursos.
La víspera, Ferrer fue detenido cuando intentaba asistir a otros miembros de la organización en medio de esta actividad. Según Ana Belkis Ferrer García, el arresto ocurrió sobre las 8:00 a.m. en la esquina de la calle donde reside, en el Reparto Altamira, en la oriental provincia de Santiago de Cuba.
“La sede de UNPACU lleva aproximadamente seis meses bajo cerco policial”, recordó Ana Berlkis en la publicación a través de la cual dio la noticia, algo que volvió a mencionar el líder de la UNPACU este 14 de enero.
El martes 12 fue citado y golpeado en la estación de policía el activista de la organización en Guatánamo Henry Couto Guzmán, supuestamente, por colocar carteles antigubernamentales en la ciudad.
Según el opositor, luego de dejarlo ir intentó formular una denuncia en la misma unidad policial, a lo cual los oficiales respondieron que “los contrarrevolucionarios en Cuba” no tenían derecho “a ningún proceso legal”.
Ferrer es, además, promotor de la iniciativa Cuba Decide y expreso político. A finales de 2019 fue encarcelado arbitrariamente por la dictadura, en un proceso que provocó manifestaciones dentro y fuera de la isla que obligaron a su liberación.
Además, es uno de los exprisioneros del Grupo de los 75, detenidos en 2003 durante la ola represiva conocida como Primavera Negra. Entonces fue condenado a 25 años de prisión, de los cuales cumplió ocho. La Fiscalía pidió contra Ferrer García la pena de muerte, pero ambas penas fueron conmutadas.
Actualmente su principal área de acción es el oriente cubano, donde la UNPACU tiene una amplia red de colaboradores que apoyan a personas necesitadas, lo que les ha valido el respaldo de la población en una de las zonas más pobres de Cuba.
La policía política del régimen detiene, intimida y golpea cuando le place a los miembros de la organización, que denuncian constantemente estos actos de acoso y violencia física.
