La “estrella en asenso” de la dictadura cubana, el espía Gerardo Hernández Nordelo, contó durante una entrevista con la revista estatal Alma Mater, detalles sobre una imagen que recorrió las redes sociales, donde aparecen él y su esposa frente a un gran plato de paella, mientras la mayoría de residentes en la isla apenas hallan con que abastecerse.
Hernández Nordelo, alias “Espía de la Piña” tras realizar una absurda gira por toda Cuba, promocionando que el pueblo se alimentara de piñas y plátanos que sembrarán en sus patios; señaló que fue “ridículo” la trascendencia que tuvo la foto en varios medios independientes y que se trataba de “una paella muy sencilla”.
“Recuerdo que en el cumpleaños pasado de Adriana [Pérez], estaba en Holguín y un amigo me invitó a una paladar. Éramos varias personas y él compró una paella muy sencilla para compartir, y subimos fotos nuestras celebrando a mi esposa. Aquello salió en todos los medios contrarrevolucionarios imaginables. Es algo bastante ridículo, pero es del tipo de cosas que tienes que aprender cuando tu vida está bajo un microscopio”, dijo Gerardo Hernández Coordinador Nacional de los Comité de Defensa de la Revolución (CDR), el mayor sistema de delación barrial y usado en ocasiones para mítines de odio contra opositores.
“No niego que a veces extraño el anonimato y pasar desapercibido, es un precio que hay que pagar, porque por otra parte también es bonito y satisfactorio recibir el reconocimiento de mi pueblo”, añadió el espía, que ahora encabeza las tropas de chivatones que acechan a los ciudadanos en cada barrio.
Seguramente al “reconocimiento” que hace referencia es al de la cúpula castrista a la que pertenece.
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No ha de verse como una casualidad que cuando lo medios cubanos oficialistas aplauden a la Policía represiva, y llaman a los cubanos a delatarse entre ellos, le entreguen el mando de los CDR a un agente de la Seguridad del Estado.
Hernández, de 55 años de edad, cumplió misión internacionalista en la República Popular de Angola, y lideró la red de la que formaron parte Antonio Guerrero, René González, Ramón Labañino y Fernando González, los cinco agentes de inteligencia de la isla que se infiltraron en organizaciones de la Florida contrarias al régimen de Fidel Castro durante los años 90, y luego fueron condenados por espionaje y otras actividades ilícitas.
Los espías fueron también protagonistas de una amplia campaña que hizo el régimen dentro y fuera del país para promover su liberación. Finalmente fueron extraditados a la isla en 2014 por un acuerdo entre Raúl Castro y Barack Obama y desde entonces continúan trabajando en instituciones gubernamentales y son figuras de cierta importancia pública en la “Mayor de las Antillas”.