Como los estudiantes en repaso obligado, el planeta, acuartelado en sus viviendas como defensa contra el coronavirus, acude al repaso para pasar la cuarentena.
Luis Ponce, mecánico de electrodomésticos autoproclamado filósofo popular, abunda en el tema:
“Estamos repasando ante todo nuestras vidas. ¿Qué fuimos? ¿Qué somos? ¿Qué seremos? Hay mucho tiempo libre, la televisión te ayuda en el repaso extendiendo el esparcimiento a las 24 horas, repite películas, series, novelas nacionales y extranjeras, que son un recuento de periodos de nuestras vidas”.
“Yo en estos momentos me mantengo con mi técnica personal de regresar en el tiempo. Única forma de recuperar mi libertad perdida. Yendo para atrás hasta el 1959, cuando mi abuelo tenía la bodega y conocíamos el significado de la palabra prosperidad. En mi regresión ando ahora por los años setenta, cuando la pandemia del dengue. ¡Qué paradoja!”.
Oto Vargas, carretillero de Jaimanitas, con la suspensión de las ligas por el COVID-19, este repaso del futbol internacional le ha venido de maravillas.
“Había oído hablar de Romario, Bebeto, Platini, Van Nistelrooy, Figo, pero nunca los vi jugar. Soy fanático del fútbol desde hace poco, ahora con la retransmisión de los juegos de antaño he disfrutado su maestría. Finales de Champions League, de mundiales, los clásicos Barcelona-Real Madrid me han abierto un conocimiento vasto sobre el deporte más maravilloso del mundo”.
Nilsa Vega fue administradora del mercado Náutico y condenada a un año de prisión por los delitos de Faltantes y Apropiación económica ilícita. El canal Cubavisión repite en estos días a las dos de la tarde una novela cubana, de 2007, sobre mujeres exreclusas. A Nilsa le han caído encima de nuevo los días de la detención, el juicio, el año tras las rejas, pero sobre todo el drama de la reinserción social.
“Revivirlo me ha causado conmoción. Cuando la vi hace años, todavía no había caído presa. Ahora después de la condena la veo de manera distinta. Hay un personaje que me encaja y me pregunto si alguien habrá robado mi trama, o es que existe un mismo patrón en ese tipo de delito. Quisiera que retransmitieran El naranjo del patio, con esa novela me enamoré de mi marido. Tal vez me ayude a borrar el triste recuerdo de la prisión”.
Fide Cuesta, camarero del círculo social Los Marinos, fan a los filmes de acción, se deleita en estos días con la andanada de películas para lidiar con la pandemia.
“El insomnio es masivo”, dice Fide. “De madrugada todo el mundo está despierto, navegando con los datos móviles o perdido dentro de las películas. Ni siquiera duermen los niños. Ayer, a las cuatro de la mañana, salí al jardín y encontré a mis hijas saltando la suiza. Les pregunté si querían dormir y corearon: Noooo… Se acostaron a regañadientes, cuando salió el sol”.
Otro que repasa por estos días su vida es Fernando, padre de familia que pide que a esta reclusión domiciliaria le extraigan la mayor enseñanza posible.
“El hombre se ha fallado a sí mismo, en vez de cuidarse se autoatacó con un microorganismo que lo está devastando. Si sobrevive debe aprender la lección. Estos repasos que nos damos en la cuarentena, ojalá nos sirvan para aprobar el examen de sobrevivencia”.