El senador cubanoamericano Marco Rubio aseguró este 13 de abril que el cambio en Cuba ya está en marcha, y llegará tarde o temprano.
“La renuncia de Raúl Castro como líder del Partido Comunista en Cuba no es un cambio real, pero el cambio real ya está en marcha”, aseguró el representante por la Florida y ferviente político anticomunista.
El senador denunció recientemente la represión contra el Movimiento San Isidro, la Unión Patriótica de Cuba y otras organizaciones opositoras en la isla; también, el acoso contra periodistas independientes y activistas de derechos humanos.
El Partido Comunista de Cuba (PCC), único permitido en la isla, eligió este jueves a los delegados de su VIII Congreso de abril, en el que se prevé que el general Raúl Castro “se retire” de la política y ceda el mando de la organización que gobierna al actual presidente del país, Miguel Díaz-Canel, designado por el mismo hermano del dictador Fidel.
Castro y Díaz-Canel formarán parte, junto a otros jerarcas claves del régimen y el Ejército -como José Ramón Machado Ventura, Ramiro Valdés o el primer ministro Manuel Marrero Cruz- de los delegados del Congreso que se celebrará entre el 16 y el 19 de abril.
De materializarse el prometido retiro de Raúl, será la primera vez que un civil (aunque retirado de las FAR) esté al frente de la organización política que monopoliza el poder, iniciando así lo que el general Castro ha vendido como el “tránsito paulatino y ordenado de las principales responsabilidades del país a las nuevas generaciones”, según dijo en el 2016.
El menor de los Castro fue reelecto en aquel momento como primer secretario del PCC, cargo que ocupa desde 2011 cuando relevó a su hermano mayor y ex dictador Fidel Castro.
Raúl Castro anunció entonces que el VII Congreso sería “el último dirigido por la generación histórica”, como gustan llamarse a sí mismo los empoderados que han quedado de la revolución de 1959.
La agenda del VIII Congreso incluye el análisis de los resultados de las lentas “reformas” económicas planteadas hace una década, el funcionamiento de la organización y otros “asuntos medulares” para el país, según la convocatoria publicada en el portal web oficialista Cubadebate.
El VIII Congreso sesionará en un complejo panorama epidemiológico y el aumento de la represión contra el disenso y la libertad de expresión.
La tercera y más intensa ola de la COVID-19 ha provocado el retroceso en la desescalada en casi todo el país y medidas como la reducción de vuelos, el cierre de los centros educativos, bares, restaurantes y playas, y restricciones en el horario del transporte público.
A ello se suma el agravamiento de la crisis económica, que se refleja en el desabastecimiento de productos de primera necesidad y el malestar de las personas que deben hacer largas colas para adquirir los disponibles en las tiendas estatales o, por el contrario, comprarlos a precios astronómicos en Internet.