El pasado 2 de octubre el diario estatal La Demajagua publicó una reseña de una doctora granmense miembro de la brigada médica Henry Reeve, organización que forma parte del mecanismo que utiliza el régimen para exportar los servicios de los profesionales cubanos de la salud, en condición de esclavitud moderna.
Esto ha sido denunciado en múltiples ocasiones por diferentes gobiernos y actores de la comunidad internacional, pero que el castrismo no abandona por ser una de sus principales fuentes de ingresos económicos.
La Demajagua dedica su texto a María Elena Barreo Aguilar, Doctora en Medicina y especialista de II Grado en Medicina General Integral, y fundadora del contingente Henry Reeve.
Como parte de sus recuerdos en las llamadas "misiones internacionalistas", María Elena explica que hizo el servicio social (algo que es obligatorio) en el municipio de Cauto Cristo: "luego me ubican en el policlínico Jimmy Hirzel, de Bayamo y en 2002 partí a cumplir misión en la República de Mali, a solo 17 días de mi regreso me citan para comunicarme lo del contingente, imagínese, me impactó, pues mis hijos estaban pequeños y eso implicaba partir nuevamente".
Alega que aceptó porque se "impuso el deber", lo que se traduce en que no podía ser de otra manera, pues eso podría costarle la expulsión de su centro laboral y hasta la imposibilidad de volver a ejercer la medicina en el país.
Detalla que su primera salida formando parte de la brigada Henry Reeve fue hacia Guatemala. "Luego de estar dos días en un albergue, con dos pesadas mochilas, una con medicamentos y otra con alimentos", llegó a Malacatán, y la alojaron en un combinado deportivo, donde dormía en el tabloncillo envuelta en un saco, y no había agua ni para bañarse.
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Refiere que pasados unos días los distribuyeron por hospitales y centros de salud: "Yo trabajé en el centro médico y luego íbamos para un hotel donde no se cocinaba, pasamos 9 días comiendo de la mochila, es decir, el desayuno una lata de refresco para la otra doctora y yo, con una galleta de soda con queso, en el almuerzo lo mismo, pero la galleta era con queso y espán y la comida un vaso de leche en polvo". Y aunque advierte que eso después cambió, no dice cuánto, pero sí que su paso por Guatemala duró dos meses.
Como se aprecia, son los propios testimonios de los doctores cubanos los que señalan a las misiones médicas del castrismo como ejemplos de "trata de personas", lo que ha valido como evidencia para que el gobierno de los Estados Unidos incluya a la isla en la "lista negra" de países que hacen poco por combatir el tráfico humano. Cuba aparece con calificación nivel tres, la peor de todas.