Miguel Díaz-Canel, designado por Raúl Castro para administrar la dictadura cubana, no ha comparecido ante los medios a emitir declaraciones sobre los sucesos relacionados con el Movimiento San Isidro; y no opinó sobre los más de 300 artistas, intelectuales y miembros de la sociedad civil que se concentraron durante más de 12 horas frente al Ministerio de Cultura, en solidaridad con MSI y para exigir un diálogo con funcionarios sobre libertades artísticas, represión policial y censura.
El títere castrista solo alude al tema a través de su cuenta en Twitter, compartiendo las informaciones manipuladoras de los medios de propaganda estatal. Díaz-Canel, ni siquiera tiene voz propia, comparte fragmentos de los voceros oficialistas y tira los hashtags habituales de la narrativa del régimen.
“La farsa de San Isidro. No son un invento en absoluto los vínculos y sintonía del denominado Movimiento San Isidro con funcionarios del gobierno de Estados Unidos, encargados de la atención y avituallamiento de su base operacional en Cuba. #SomosCuba”, publicó en un tuit el mandatario, junto a un artículo publicado en el diario estatal de la Unión de Jóvenes Comunista (UJC), Juventud Rebelde.
En otra publicación el llamado “puesto a dedo” devenido muñeco de trapo en el juego del castrismo, repitió las palabras de Teresa Melo, poeta de Santiago de Cuba, vilipendiada por el régimen en décadas pasadas y ahora, acérrima vocera, que vive de pasar la lengua a cualquier asunto hasta dejarlo “rojo comunista” para poder seguir a flote.
“San Isidro, un acto de reality show imperial. El espectáculo imperial para destruir nuestra identidad y volvernos a someter. Todos esos planes serán derrotados”, dijo el presidente (si gobernara) en otro tuit.
Pero, ¿cómo estarían derrotados quienes disientes del régimen? Con represión policial, con ilegalidades, violaciones de derechos humanos, censura, sin permitir a observadores internacionales en el país, agrediendo a la prensa extranjeras, con turbas orquestadas por la Seguridad del Estado…; así persiste la dictadura cubana, la más extensa del hemisferio occidental.
Anteriormente, Canel expresó al compartir un texto publicado en el diario del Partido Comunista, Granma, donde tratan de presentar al MSI y los actos espontáneos de solidaridad como un supuesto plan de Estados Unidos: “Cuba soberana no acepta injerencias”,
Díaz-Canel escogió lanzar un mensaje beligerante al compartir un artículo de Granma donde se menciona al Movimiento San Isidro: “Algunos se empeñan en protagonizar shows mediáticos contra la Revolución, envenenando y mintiendo en las redes. El pueblo revolucionario cubano dará el combate”, continúo en su tuit, apoyando tácitamente la violencia contra los activistas pacíficos, que se ha intensificado.