El capítulo del 14 de agosto de la novela de producción nacional “El rostro de los días”, que actualmente trasmite la televisión cubana en horario estelar, ha generado en redes sociales diversas opiniones relacionadas con el tema del abuso sexual a menores de edad.
René (Roberto Espinosa), el padrastro de Lía (Liliana Sosa), comienza a dar señales de querer propasarse con la niña, la cual acude a su madre Irma (Lesvy Samper), para contarle y esta no le cree. Luego, siguen escenas donde se evidencia que la niña tiene traumas generados por la violación.
Luego de la trasmisión televisiva el joven Roberto Espinosa compartió en Facebook un mensaje donde pide flexionar sobre el tema, más allá de su representación en un espacio de ficción. Disímiles han sido los comentarios ofensivos, críticos y hasta amenazantes contra el actor, aludiendo al rol de su personaje y otros asuntos vinculados a la violencia de género e inequidades existentes en la isla.
“No es tenerme odio a mí, ni tomarlo a pecho con la novela, es informarse, es abrir los ojos, es apoyar y buscar ayuda, es saber que no es un tema tabú; existe… y debe ser tratado”, escribió en redes sociales Espinosa.
También existieron quienes no solo arremetieron contra el actor que interpreta al violador, sino que compartieron memes y otros contenidos gráficos totalmente reprochables sobre un tema sumamente sensible.
“(…) Cuando le lanzan improperios a él (a Roberto), sin distinguir la línea que separa al ser humano real del personaje, cuando le escriben mensajes ofensivos o se hacen “memes” de pésimo gusto utilizando su rostro, se está cometiendo una felonía y una bajeza”, opinó por su parte, el director teatral Raúl Martín Ríos.
En tanto, la usuaria de Facebook, Liliana Cordero, a raíz de la polémica generada escribió en su perfil: “Que repudiemos, odiemos y hasta agredamos verbalmente al personaje en nuestras casas, es un instinto normal al calor de la telenovela, pero al actor, a ese muchacho que ha dado lo mejor de sí, que ha entregado horas, días y meses de desvelos y hasta años para su puesta en escena, esperando lograr llevar el mensaje, no”.
En un reporte publicado por la agencia IPS se ponen en contexto las diversas reacciones que ha provocado el dramatizado entre la audiencia y se alude a un intercambio que sostuvieron en redes sociales, un equipo de profesionales de las especialidades de psicología, derecho, investigación social y el propio actor, con los públicos.
El foro se realizó a través del perfil en Facebook de la revista Alma Mater y la campaña Evoluciona. Participaron la sexóloga Beatriz Torres, Yohanka Valdés, investigadora, y la abogada Liset Mailén Imbert.
Durante el encuentro en línea de una hora y media se respondieron cerca de 300 interrogantes relacionadas con “el tema del abuso sexual a una menor, el impacto psicológico en las víctimas y la familia, la huella social de este flagelo, y los términos legales”, reportó IPS.
A continuación ADN Cuba reproduce el resume realizado por la Redacción IPS Cuba sobre algunas de las respuestas de las especialistas:
-Beatriz Torres: No hay un indicador ni síntomas específicos de abuso sexual, ni patrones de conducta específicos, los niños, niñas y adolescentes muestran en su conducta indicadores que los adultos debemos tener en cuenta, en especial cambios bruscos en su comportamiento y elementos como:
Indicadores físicos: sangrado en genitales o ano, fisuras anales, moretones, infecciones urinarias, dolor al sentarse o caminar, problemas del sueño, en la alimentación, hasta el embarazo en la adolescencia.
Conducta: aislamiento social, desconfianza relacional, conocimiento o prácticas de conductas sexuales no propias de la edad, lenguaje sexual, masturbación excesiva, irritabilidad, problemas escolares, ruptura de sus rutinas.
Emociones: síntomas de ansiedad, depresión, terrores nocturnos, sentimiento de culpa, miedo a los adultos, en especial al agresor, rechazo, asilamiento con la familia y amigos.
Lo más evidente es generalmente el miedo y rechazo al abusador, cambios bruscos en el comportamiento, ansiedad, trastornos del sueño.
Lo más importante es conseguir tres cosas: que escuchemos y observemos a los menores, ver posibles señales. Que puedan pedir ayuda con franqueza si les pasa algo. Qué estén protegidos.
-Yohanka Valdés: La madre de Lía, como otras madres cubanas y otras muchas personas, mujeres y hombres, no logra reconocer las violencias en sus múltiples manifestaciones. La responsabilidad del hecho ocurrido en la novela es en primera instancia del hombre que asume que el cuerpo de las mujeres puede ser invadido, violentado, manipulado.
Quiere decir que hay una relación de poder asumida de manera muy natural, que refuerza la idea de que las mujeres estamos disponibles. Tanto Irma, Lía como René son parte de esta sociedad que conserva rasgos machistas, patriarcales y no pocas veces refuerza el silencio.
Irma está viviendo un amor, con un hombre joven en el que confía y no cree que esto pueda pasar en su casa. Creo que en todo caso su responsabilidad está en negar la escucha a su hija y en este sentido no propiciar una comunicación de confianza con ella.
-Liset Mailén Imbert: El delito de Violación está previsto en nuestro Código Penal (1987) con penas de cuatro a 10 años, y hasta 30 para las figuras agravadas.
Las denuncias se formulan en la estación de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) más cercana a su residencia. No obstante, víctimas y familiares pueden encontrar información asesoría y acompañamiento en las siguientes instituciones:
-Centro Nacional de Educación Sexual: 78382528/29(110)
-Centro Oscar Arnulfo Romero: consejeríaoar@gmail.com / 76481521(112)
-Fiscalía General de la República: 780212345
-Federación de Mujeres Cubanas: 78383540 (42)
-PNR: 106
Es válido aclarar que en el caso de la Fiscalía ese número funciona como llamada local. Lo anterior significa que comunica con la representación de esta en su territorio. (2020)
Los disímiles cuestionamientos y dudas planteadas durante el encuentro en línea evidencian la imperante necesidad de profundizar en Cuba sobre los temas de violencia de género, así como de la implementación de leyes que coarten este vigente flagelo.