La llamada Tarea Ordenamiento hasta ahora solo ha servido para proporcionar más control al régimen y acentuar las diferencias entre los distintos estratos sociales. Un ejemplo es, que luego del alza de los salarios en Cuba, (parte fundamental de las nuevas medidas económicas), el trabajo agrícola ha quedado como uno de los peor pagados.
Al respecto, este 6 febrero la estatal Agencia Cubana de Noticias (ACN) publicó un artículo en su página web donde se reconoce que con el aumento de salario, exclusivo del sector estatal, "para quienes producen la tierra en usufructo el panorama no ha sido el mismo".
Antes de la Tarea Ordenamiento para muchos agricultores sus ingresos cubrían un margen de poder adquisitivo considerable para la media del país. Ahora con la subida de precios en productos y servicios como parte de las nuevas medidas, esas ganancias resultan insuficientes.
Este es el caso de los cuatro trabajadores del organopónico Arcoíris, ubicado en el municipio capitalino Habana del Este, el cuales atienden 0.6 hectáreas con 88 canteros.
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Idelvis Bombino Bravo, representante del organopónico, en conversación con la ACN, explicó que como se trata de un área pequeña, aun cuando los resultados productivos son favorables, están trabajando solo para asegurar el salario de los cuatro trabajadores.
La funcionaria señaló además, que los rendimientos del terreno y las ganancias que produce continúan iguales, por lo que se han visto obligados a pensar en nuevas labores para amortiguar el golpe, y un proyecto que casi concretan es una casa de posturas "que comenzará a funcionar el próximo mes".
Refiere que de este nuevo empeño, el cual se encuentra emplazado en la finca de un cooperativista, ya tienen listo el sistema de riego y toda la infraestructura necesaria, "además se contrató la semilla certificada que se va a utilizar, en un primer momento de ají y tomate".
Agrega que este trabajo demanda esfuerzo, "pero que puede generar ingresos favorables", debido a que en estos momentos las posturas son muy solicitadas por los agricultores, a lo que hay que sumar que su precio subió de 40 centavos a más de un peso, señaló.
Lo lamentable de este caso, como en muchísimos otros, es que ahora, para lograr subsistir, los campesinos y trabajadores agrícolas, tienen que agregar más esfuerzo a su jornada laboral.