El periodista y abogado Roberto Quiñones, quien se encuentra cumpliendo una injusta condena de un año de privación de libertad desde el 11 de septiembre, denunció las pésimas condiciones de la prisión provincial de Guantánamo.
En un artículo de opinión publicado por Cubanet, el reportero explica que hay chinches, cucarachas, y la comida y el agua son de mala calidad.
"Estoy en el cubículo 4 del destacamento de reclusos 1-A de la Prisión Provincial de Guantánamo, Cuba. El local –de aproximadamente 15 metros de largo por 9 de ancho- tiene 10 literas dobles, dos “servicios” para orinar y defecar, conocidos como “turcos”, y un tanque de metal, sucio y oxidado, del cual obtenemos el agua para beber y bañarnos", esxplicó.
De acuerdo con el reportero de 62 años, "veinte años atrás estuve preso aquí y pensé que nunca más regresaría. Si ahora estoy de vuelta es por no haber cedido al chantaje del castrocomunismo".
Quiñones denunció las resistencias que le ponen para poder hacer llamadas, hecho que también había sido difundido por su hermana Tania la semana anterior.
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“Mi familia sabe que este año no será fácil pero tengo que admitir que la falta de principios, ética e integridad y la abundancia infinita de arbitrariedades por parte de las autoridades en contra de mi hermano, no dejan de sorprenderme, pues no respetan códigos, leyes ni Derechos Humanos”, concluyó la hermana.
Según narra el también poeta, otros presos le dijeron que la prisión de Guantánamo tiene mejores condiciones que las de Mar Verde, Boniato y Aguadores, de Santiago de Cuba, y le aconsejaron que no se quejara, porque podía ser castigado.
La Relatoría Especial para la Libertad de Expresión (RELE) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y otras organizaciones de Derechos Humanos y promoción de libertades fundamentales, han condenado el encarcelamiento de Quiñones.
Su caso forma parte de la escalada represiva del régimen de La Habana en contra de opositores, comunicadores y activistas de la sociedad civil.
A mediados de septiembre, Amnistía Internacional declaró al periodista y como “preso de conciencia”. La organización, además, envió una carta al presidente Miguel Díaz-Canel, condenando el encarcelamiento del reportero.