Un hombre procedente de Ciego de Ávila fue capturado por la policía espirituana, al centro de Cuba, luego de dos meses de reiterados robos de motorinas en esa capital provincial, reportaron Cubadebate.
Según el reporte, el sospechoso, “llegaba temprano en las mañanas y por lo general usaba uno de los bancos con vista hacia el Buró de Reservaciones del Grupo Hotelero Islazul” en el parque central de la ciudad.
El individuo utilizaba una vestimenta de mangas largas, gafas, mascarilla sanitaria y gorra, a fin de evitar ser identificado por las múltiples cámaras de vigilancia instaladas en el parque. Ese fue su modus operandis durante dos meses.
El informe precisa que ese parque era de sus favoritos, pero también la zona del parqueo del Hospital General Provincial Camilo Cienfuegos y otras calles céntricas de la ciudad. Así, entre mayo y junio se reportó un alza de los robos de motorina en el municipio.
Generalmente, el hombre seguía a pie al propietario de la moto eléctrica para asegurarse de que estaría ocupado en algún trámite o cola.
“Regresaba corriendo, forzaba el timón —porque el interior posee tan solo una fina lámina de calamina que, al ser girada en sentido contrario a la posición natural, parte el seguro— y la empujaba hasta un lugar apartado, donde luego la ponía en marcha al activar los circuitos eléctricos”, precisó Cubadebate.
Aunque en varias ocasiones estuvo a punto de ser detenido, siempre se adelantó a la policía local, hasta que a finales de junio, cuando estaba por robar su oncena motorina, fue detenido por una patrulla para solicitarle documentos. Creyendo que había sido descubierto, se dio a la fuga.
“Se logró el levantamiento de una huella dérmica en la moto que resultó corresponder a un ciudadano residente en la provincia de Ciego de Ávila, ante lo cual se procedió a su detención y conducción hasta la Unidad Provincial de Investigación Criminal de Sancti Spíritus”, expresa el reporte.
Una vez detenido, el hombre, de 38 años, reconoció ser el autor de todos los robos de motorinas denunciados. Confesó que, con la ayuda de otra persona, vendía las motorinas en el mercado negro de Ciego de Ávila. Hasta el momento, han sido encontradas dos de las diez motorinas robadas.
