La profunda escasez de suministros que padecen los cubanos, agravada en estos meses por la crisis del coronavirus, ha provocado que muchos rompan el miedo a la represión de la policía y la persecución de la Seguridad del Estado, y se atrevan a reclamar al régimen.
Así ocurrió este miércoles en la ciudad de Mayarí, de la provincia de Holguín, según reconocieron en la misma página oficial de la Asamblea Municipal. En Cuba, las protestas del pueblo rara vez son mencionadas por instituciones del régimen, por lo que no es aventurado imaginar que la situación fue más conflictiva que lo que mencionan en el texto gubernamental. Un poblador la tildó de “caos”.
La nota publicada en la web de las autoridades locales, achacan “a los calores de agosto” la incomodidad de la población en “una larga cola que, como consecuencia del desabastecimiento existente hoy con productos de alta demanda, provocó la espera de cientos de personas durante largas horas para adquirir pollo en la tienda recaudadora de divisa Variedades”.
Siempre acotando sobre “el malestar que provoca estar en un espacio público bajo el fuerte sol de oriente”, el gobierno local reconoció que “un grupo de personas” protestó en la sede de la Asamblea Municipal porque no pudieron comprar alimentos luego de estar muchas horas de pie, aglomerados en una cola multitudinaria, gruesa.
Para justificar la cadena de acontecimientos que llevó al enfado popular, la versión oficial cuenta que “el producto llega a la tienda en cajas compactas y el proceso para la venta al detalle incluye realizar las particiones correspondientes, ponerlo en el embalaje y pesarlo, (…) [y] que no sea vendido en la propia jornada que llega a la instalación”.
“Luego del mediodía fue informado que las ventas serían hasta las cinco y media pasado meridiano, teniendo en cuenta el extenuante trabajo desarrollado por los obreros del centro expendedor”.
Lógicamente, luego de tanto tiempo exponiéndose al coronavirus y ante la perspectiva de no llevar nada a la mesa, los cubanos de Mayarí protestaron, al punto que los representantes del régimen reconocieron que “esa noticia No fue recibida con buen gusto por los que esperaban desde bien temprano en la mañana y un grupo de personas decidió evacuar sus inquietudes en la sede de la Asamblea municipal del Poder Popular”.
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El gobierno local cedió a las demandas de los ciudadanos y dispuso “extender las ventas (de forma excepcional solo ayer [miércoles]) hasta las ocho de la noche, acción que satisfizo a los compradores”.
Para este viernes, anunciaron venta de pollo en las tiendas La Isla y Variedades, ambas de la cadena TRD, así como en los consejos populares de Nicaro y Levisa, desde las 9 de la mañana. ¿Estarían previendo otra protesta?
En la página oficial del gobierno de Mayarí, llamaron “a la conciencia ciudadana para sostener el control sanitario en las colas”, usando correctamente mascarillas sanitarias y manteniendo el distanciamiento social.
En un comentario al pie de la explicación oficial, un poblador cuestionó: “Algo tan sencillo como vender pollo al pueblo se convirtió en un caos, en esta ocasión no había coleros, no había acaparadores ¿entonces?... Se trata de una ineficiente administración en Mayarí, hay cientos de estrategias para haber vendido el producto sin tener que maltratar y abusar del pueblo mayaricero, el pueblo trabajador, el pueblo que ha cumplido con las medidas implementadas para combatir la pandemia, no creo que este pueblo merezca tal ofensa”.