Campesinos cubanos regresan al palmiche ante el desabastecimiento de alimentos para cerdos

El sector agropecuario, ante la ineficiencia económica del régimen y falta de estímulo a la producción privada, parece que retrocede a pasos agigantados hasta el medioevo. Campesinos cubanos regresan a la alimentación con palmiche, por falta de pienso para cerdos
 

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El sector agropecuario cubano, ante la ineficiencia económica del régimen y falta de estímulo a la producción privada, parece que retrocede a pasos agigantados hasta el medioevo. Los campesinos cubanos regresan a la alimentación con palmiche, por el desabastecimiento de pienso para cerdos.

El fruto de la palma real era utilizado principalmente en la etapa colonial, como un nutriente barato y a la mano. En esa época parecen vivir, todavía, los productores cubanos, que no pueden disponer de los modernos sistemas de nutrición en la cría de puercos, cuya carne es de la más apetecidas en la isla.

Tampoco tienen recursos para edificar instalaciones adecuadas para los animales. En la estatal Empresa Agropecuaria “Obdulio Morales”, de la provincia central de Sancti Spíritus, crearon “cotos porcinos rústicos” para fomentar la cría y desarrollo del cerdo criollo.

Bladimir Dávila, director adjunto de la empresa, declaró a la radio oficialista local que en la zona de Seibabo ya dejaron “listos” dos cotos, cuyas instalaciones son “de guano el techo, y cercas de tabla de palma”.

El funcionario asegura que ya disponen de decenas de cerdas reproductoras, la mayoría gestadas por “machos mejorados genéticamente”.

“La alimentación de estos cerdos es el palmiche, la base, seguidamente los residuos de las cosechas”, dijo Dávila.

Según el reportero Oscar Alfonso Sosa, de la emisora Radio Sancti Spíritus, “en esos parajes, la modalidad de ese tipo de cría porcina es tradición, amparada además por las bondades de grandes palmares y potreros, donde los animales disponen de sustentos alimenticios”.

De modo que, las esperanzas del desarrollo porcino allí, están depositada en la vieja y elemental técnica de que los animales vaguen por el campo comiendo lo que encuentren.

 

 

Lo cierto es que, a los campesinos, si quieren dedicarse a la producción porcina, deben echar mano a lo que encuentren porque el estado incumple sus compromisos de entrega de alimentos, mientras exige que le prodiguen la carne.

Según se refirió en el programa televisivo la Mesa Redonda, desde enero hasta inicios de mayo, más de 11 mil 528 toneladas habían dejado de entregar a la industria cárnica, mientras que el Estado debía a los productores independientes unas 76 mil 778 toneladas de alimentos, como parte del contrato realizado.

“La producción porcina se encuentra hoy en apenas unas 9 mil toneladas mensuales y se estima que pueda incrementarse a unas 11 mil toneladas por mes en septiembre, de asegurarse los alimentos para la ceba”, dijo entonces Gustavo Rodríguez Rollero, ministro de la Agricultura.

No obstante, aseguró que “los productores cubanos responden positivamente al llamado de producir más y cumplir los compromisos con el pueblo”. El ministro intentó pasar el problema como si fuera una cuestión de actitud, y no de condiciones reales e incumplimientos del régimen.


En problema es tal, que en casi todo el país están utilizando palmiche y otros cultivos, como la yuca, para intentar cebar los puercos. Campesinos de otra provincia cubana, la oriental Granma, tienen la misma situación que los de Sancti Spíritus.

La actual producción de la Empresa porcina solo cubrirá cerca de seis mil toneladas de carne de cerdo, muy por debajo de las necesidades de la población granmense, que constituye la cuarta más grande del país.

Yusleidys Pérez Prats, directora de la empresa, informó sobre medidas para “cosechar en tierras propias las materias primas para el alimento animal y no depender de piensos importados”.

El Estado, luego de no cumplir lo pactado, exige que se las apañen los campesinos. “Hoy estamos hablando de cuánto más podemos aportar y el objetivo de que los 716 productores con convenios porcinos cuenten con la tierra para producir el alimento que demanda el movimiento de rebaño”, dijo Pérez Prats.

“Ahora los porcinocultores tendrán, en buena medida, que autoabastecerse porque estatalmente no puede entregársele el 70 por ciento de la comida”, reconoció.

La pareja de criadores Madelaine Liranzo Garlobo y Michel Heredia Aguilar, se vieron obligados a “diversificar” alrededor de 20,26 hectáreas en su condición de usufructuarios asociados a la Cooperativa de Créditos y Servicios Tomás Díaz.

“Nosotros no nos vamos a parar y lo que necesitamos es tierra, un pedacito por ahí, lo más cerca posible para sembrar la comida sobre todo con el cultivo de yuca”, comentaron a un periódico oficialista granmense.

 

 

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