Aun con pandemia, en tienda de Bejucal tiran pollo congelado contra el piso

Las medidas de distanciamiento social no funcionan cuando hay escasez y las personas deben salir a la calle a buscar alimentos
Colas y aglomeraciones en el Bejucal, Cuba, para adquirir pollo. Foto: CubaNet
 

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La necesidad de salir a calle a proveerse alimentos para llevar a la mesa ha generado largas colas y aglomeraciones en el municipio del Bejucal, en el occidente de Cuba, en momentos en que está en vigor el distanciamiento social impuesto por el régimen para intentar atajar el avance del coronavirus en la Isla.

La realidad cubana, donde la escasez y el desabastecimiento están a la orden del día, vuelve difícil poner en marcha el distanciamiento social, pues la prioridad es abastecerse cuando se pueda, reportó este viernes el diario independiente CubaNet.

“El desabastecimiento y la escasez provocan interminables colas. La aglomeración de personas a poca distancia es letal en estos tiempos” de coronavirus, comentó Yordania González.

Ella es una ama de casa que se encontraba en la fila para comprar pollo, en una de las tiendas recaudadoras de divisas (TRD) del municipio Bejucal, de la provincia de Mayabeque.

González añadió: “Por suerte hasta ahora no se han reportado casos de coronavirus aquí en Mayabeque, pero si esto sigue así solo será cuestión de días”.

 

 

Hasta este viernes, Cuba reporta 269 casos positivos de coronavirus y seis fallecidos.

CubaNet señaló que aunque el Gobierno cubano quiera evitar las concentraciones, en la mayoría de los establecimientos los empleados poco pueden hacer contra las colas, sobre todo cuando salen a la venta alimentos o productos de primera necesidad.

El periódico publicó además varias fotografías que, en efecto, muestran las colas y aglomeraciones formadas por las personas que buscan alimentos.

“Hacía más de siete días que los estantes estaban vacíos en las tiendas; si sacan perro caliente, hamburguesa, pollo o lo que sirva para llevar a la mesa, la cola se forma en cuestión de segundos porque el pueblo no tiene nada que comer”, señaló por su parte Juan Oliva, un anciano jubilado en Mayabeque que vive solo.

 

 

Agregó que en estos tiempos, cuando la pandemia del coronavirus ya es una realidad en la Isla, “meterse en uno de esos tumultos de personas es como jugar a la ruleta rusa; por eso prefiero mantener la distancia aunque no tenga mucho para comer”.

Y por si fuera poco, en las tiendas donde se vende pollo, como está congelado, los dependientes lo tiran contra el piso para separarlo, poniendo en riesgo la salud de quienes lo adquieren, contó Oliva a CubaNet.

“Las cajas de pollo llegan congeladas y para poder separarlas los dependientes las tiran contra el suelo de la calle; muchas veces se esparcen las postas en el mismo lugar donde hacen sus necesidades los animales, sin contar la gran cantidad de personas que se reúnen a menos de un metro de distancia”, dijo

“Pero cuando hay hambre nada de eso importa, la gente lo que quieren es algo que cocinar”, comentó Rafael Álvarez, trabajador de la empresa CUPET de ese municipio de Mayabeque.

 

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