Las quejas de los clientes de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) continúan a la orden del día.
En esta ocasión se trata de una denuncia que hace un anciano de más de 70 años por la interrupción súbita y frecuente de su teléfono.
Mario Quintanilla Flores, vecino del Edificio 23409-11, apto. 36, entre 240 y 234, San Agustín, La Lisa, La Habana, confiesa, en una carta enviada a la redacción del diario estatal Juventud Rebelde, que ya ha quemado las naves con Etecsa.
"Desde marzo pasado mi teléfono viene confrontando dificultades. En abril estuvo interrumpido 12 días, restableciéndose el servicio sin ningún tipo de aviso de su arreglo el día 18 de ese mes. A partir de esa fecha todas las semanas sufre interrupciones que oscilan entre un día u horas en el mismo día, sin que den tiempo a su reporte. Ahora desde el 28 de junio está sin corriente y hasta hoy 15 de julio permanece sin comunicación".
En su carta Mario Quintanilla explica que en varias ocasiones se ha comunicado con la empresa para hacer saber la situación, incluso de manera personal.
"De esta problemática entregué informe por escrito en la oficina 313 de Etecsa en el Centro de Negocios el 9 de julio en la mañana. La funcionaria que me atendió hubo de realizar una llamada, sin precisar a quien, y me informó que la persona con la que habló telefónicamente le explicó que mi reporte ya se encontraba en la calle; que se solucionaría mi problema. Transcurrió la semana y aún no aparece la solución".
A lo anterior agrega que "el lunes 11 envié correo electrónico a atención.usuarios@etecsa.cu, y hasta el momento no he recibido respuesta del porqué de la tardanza en arreglar la interrupción, y el motivo por el cual no se cumple con la palabra empeñada por la funcionaria de Etecsa que representa a la Presidencia de dicha entidad".
Quintanilla Flores advierte que debido a su edad le es imprescindible "disponer de ese medio de comunicación, máxime en estos momentos. "Desearía que Etecsa me aclarara cuáles son los motivos de las constantes interrupciones de mi teléfono, pues donde resido hay más de 20 y ninguno sufre esa situación".
Quintanilla concluye su carta preguntando: "¿Por qué esa entidad incumple lo acordado en el contrato entre ambas partes en cuanto al uso y disfrute del referido medio?".