Varias provincias de Cuba se encuentran en alerta ante el aumento de focos del mosquito transmisor del dengue, que suman la mayor cantidad en 15 años por segundo año consecutivo y configuran un escenario epidemiológico “complejo”, de acuerdo con las autoridades sanitarias de la isla.
Cifras del Ministerio de Salud Pública (Minsap) detallan que la cantidad de focos documentados del mosquito transmisor de la enfermedad (Aedes Aegypti) en lo que va de año es superior en un 21,7 % al número registrado en igual período de 2021, referido por la entidad como el año con la mayor cantidad de puntos de reproducción de mosquitos transmisores del dengue en los últimos 15 años.
La directora nacional de Vigilancia y Lucha Antivectorial del Minsap, Madelaine Rivera, informó esta semana que las provincias de La Habana, Camagüey, Las Tunas y Holguín tienen declarada transmisión de la enfermedad.
En declaraciones citadas por la prensa oficialista, Rivera precisó que la capital es también uno de los territorios con mayor concentración de focos de Aedes Aegypti, con un 16,5 % de los registrados en el país.
Le siguen Holguín, Santiago de Cuba y Camagüey, con un 13,5, un 13 y 11,8 %, respectivamente, mientras que 17 municipios acumulan cerca del 61 % del total registrado de puntos de reproducción del mosquito.
La funcionaria comentó también que ocho de cada 10 focos han sido registrados en depósitos domésticos para almacenar agua, razón por la cual instó a reforzar las medidas preventivas contra el mosquito en los hogares y centros de trabajo.
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Pese al aumento notorio de focos de Aedes Aegypti y la transmisión de dengue reconocida en varias provincias, el Minsap llamó a la calma y aseguró que “no existen todavía indicadores que demuestren la presencia de una epidemia por dengue en el país”, enfermedad que, en combinación con la COVID-19 y otras frecuentes de la etapa veraniega transmitidas por mosquitos, podría complejizar aún más la situación epidemiológica de la isla.
Cuba culminó el pasado enero un ensayo del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) con casi 1,3 millones de mosquitos, aunque, según informes oficiales, se logró reducir hasta en un 90% la población de la especie Aedes Aegypti, transmisora también de otras enfermedades como la fiebre amarilla, Zika, y chikungunya.