El cantautor cubano Silvio Rodríguez ha vuelto ha colocarse en el centro de la polémica tras sus declaraciones sobre su participación en un mitin de repudio al músico exiliado Mike Porcel, en 1980, luego que éste intentara salir del país durante el éxodo del Mariel.
En un comentario a un post colgado en su blog Segunda cita, con el que intenta responder a la versión de los acontecimientos que da Porcel en el documental Sueños al pairo, de Jose Luis Aparicio y Fernando Fraguela, recientemente censurado por el ICAIC, Rodríguez asegura que no estuvo de acuerdo con el mitin y que trató de "perderse" la noche en que sus compañeros de la Nueva Trova acordaron hacerlo. Sin embargo, finalmente estos dieron con él y tuvo que participar en el repudio colectivo, donde se habría limitado a susurrar una palabra.
"Afuera de la casa había un grupito de compañeros y una señora del CDR. Alguien, que hoy vive en Miami, me dijo que esperaban por mi para que comenzara. Di media vuelta, caminé hasta el portal de la casa y allí susurré una palabra. Después regresé al grupo y dije: ya lo hice. Inmediatamente me marché. Mientras me alejaba, vi cómo de uno en uno se acercaban a la casa, a dejar su susurro. En eso consistió el tan proclamado mitin", cuenta el trovador.
En cuanto a la carta del Movimiento de la Nueva Trova donde se calificaba a Porcel de traidor y apóstata, Rodríguez dice que siempre la creyó apócrifa.
El cantante también reprocha a Porcel que haya mentido sobre sus intenciones de salir del país:
"Un día, a raíz de la salida de cubanos por El Mariel, empezó a correr la noticia de que Mike estaba vendiendo sus pertenencias porque se iba con su familia. Por eso Vicente Feliú, Alberto Falla y yo nos presentamos en su casa una mañana y le dijimos que, si era cierto que deseaba irse, podía contar con nosotros, que no cuestionábamos ese derecho a nadie. Pero Mike, evidentemente dolido, nos dijo que lo que más sentía era que se estaba dudando de su integridad revolucionaria. Ante aquel planteo ni Vicente ni Alberto ni yo tuvimos la más mínima duda y surgió la idea de que hiciera una entrevista para desmentir la infamia. Por eso de su casa corrimos para el periódico Juventud Rebelde y hablamos con el subdirector Oscar Cuesta, quien nos prometió que sería cuanto antes. Ya por la tarde llegamos a la oficina de Armando Hart, que por entonces era Ministro de Cultura, a quien comunicamos lo que habíamos hecho y nos dio su aprobación", escribe.
Finalmente, Rodríguez invita a Porcel a visitar la isla en la que estuvo nueve años vetado y sin poder salir:
"De lo que sí estoy seguro es que, si nos visitara alguna vez, vería que aquí es más fácil de grabar que allá. Ojalá algún día pase y lo compruebe", asegura.
REACCIONES EN LAS REDES
Tanto el documental Sueños al pairo como las declaraciones de Rodríguez han desencadenado esta semana una avalancha de reacciones en la red, que van desde quienes recuerdan el episodio de hostigamiento contra el músico hasta quienes tratan de esclarecer su papel en aquellos tristes acontecimientos.
Numerosos intelectuales cubanos han escrito también estos días para comentar el documental y criticar su censura en la Muestra de cine Joven por parte del ICAIC.
Otros han mostrado pruebas del arrepentimiento de algunos de los músicos de la Nueva Trova que participaron el el mitin, como el recientemente fallecido Eduardo Ramos.
El joven realizador Carlos Lechuga escribió en un artículo publicado en la revista independiente Hypermedia:
"Lo que más me llama la atención no es el momento horrible del mitin repudio, ni la situación con las canciones que le echaron a un lado, ni los castigos… Lo que más se me quedó fue que el hombre, después de tratar de irse del país y no lograrlo, estuvo acá mucho tiempo, pero mucho tiempo, años, y sus amigos más cercanos, los que hablan, se hacen los que no se acuerdan, o realmente no se acuerdan, pero la verdad es que lo abandonaron.
Lo echaron a un lado y se olvidaron de él.
No me considero lo suficientemente valiente como para juzgar a nadie.
Tampoco viví esa epoca.
Pero a nivel humano, me llama mucho la atención cómo funciona la mente ante el peligro.
Cómo nos inventamos cuestiones para no enfrentar la realidad, para poder tratar de seguir vivos, para protegernos."
En un artículo publicado en la web de 14 y medio, la periodista independiente Yoani Sánchez aseguró que Rodríguez "maquilla la memoria para no quedar como un villano o un cómplice y -sobre todo- sin la correspondiente disculpa pública, el "lo lamento" que se echa tanto en falta...".
Por su parte, el trovador Pedro Luis Ferrer, que aparece en el documental contando detalles de su relación con Porcel, pero también pidiendo a los realizadores que apaguen la cámara con evidentes signos de nerviosismo y miedo, publicó ayer un post de Facebook en el que hace referencia a las prohibiciones y censuras que él mismo ha sufrido:
El actor Luis Alberto García fue otro de los que reaccionaron en Facebook al documental, calificándolo como "un acto de justicia poética".
"Mi muchacha, que nació en el 85, “se desayunó” con imágenes durísimas que las cámaras raptaron para siempre antes de que la parieran. El cine tiene esas cosas.
Ella tampoco puede creerse los trozos de discursos ni de la carta que se muestran.
- “¿ Y eso fue así? ¿Ésas cosas pasaron?”
- “Ujum”
Casi puedo adivinar por sus reacciones, por qué hay quienes apuestan por la desmemoria. No quieren que los jóvenes sepan, indaguen, cuestionen, revisen, critiquen. Tierra y pisón.
Salgo a mi remedo de terraza a fumarme dos cigarros seguidos y tragar bilis.
Tendrían que pedirle disculpas (las acepte o no, las desee o no) a mi Cat Stevens tropical.
Pero sucede que los que odian a tiempo completo no quieren hacerlo. Tampoco los que se cuidan. No les veo las intenciones.
Y bajo el sofá de la casa de todos siguen acumulando la basura escondida, que es ciertamente dolorosa, pero que merece ser aireada para que no se reproduzca ni se clone ni apeste.
No les importa.
Ciegos de poder y de rabia también aquí."