El estudiante asesinado el pasado 14 de febrero en La Habana por una banda de delincuentes era hijo de la embajadora de Cuba en Panamá, Lydia Margarita González Navarro.
El joven era estudiante de Medicina. Los datos fueron aportados este miércoles por el sitio “La Hora de Cuba” en su página de Facebook, luego de una llamada telefónica que hiciera a la misión diplomática cubana en la capital “canalera” para confirmar la tragedia.
Este martes, la prensa oficial cubana, en una inusual nota con varias omisiones llamativas, difundió la detención de cinco individuos que tras un intento de asalto a dos jóvenes universitarios mataron a uno de ellos con un arma blanca.
El hecho se divulgó cuatro días después de ocurrido. El Ministerio del Interior argumentó que la espera para hacerlo público fue “para no interferir en la investigación del caso” aunque aclaró que a las 48 horas de la tragedia habían detenido a los malhechores “todos jóvenes y desvinculados del estudio y el trabajo”.
La nota había precisado que aconteció en la madrugada del 14 de febrero en el municipio Plaza de la Revolución.
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La información fue inusual para el comportamiento tradicional de la prensa oficial, que apenas difunde hechos de violencia a pesar de los reclamos ciudadanos. Tampoco los medios oficiales publican estadísticas de hechos violentos, que pudieran abarcar suicidios, agresiones, hasta homicidios, en la sociedad cubana.
El gobierno aseguró en la nota que hechos como éste “no eran usuales” en la Isla. El reporte oficial no indica en qué lugar del municipio habanero acaeció el asesinato, ni el nombre y ni la edad de la víctima, ni identificó a su acompañante. Tampoco develó los nombres y las edades de los asaltantes ni publicaron sus fotos.
A pesar de no haber difundido el homicidio en su momento, llamó la atención que en la nota se dijera que los familiares y amigos de la víctima habían “recibido muestras de condolencias y apoyo de nuestro pueblo”, una descripción que suele hacerse tras el conocimiento popular de un deceso.
Según varias personas consultadas por ADN Cuba, el aumento de notas sobre hechos de violencia, que se difunden por las redes sociales por diferentes vías, ha incidido en los medios oficiales de la isla, que se han visto obligados a reconocer hechos que antes no se difundían.
El asesinato se produjo en uno de los municipios más céntricos y conocidos de Cuba, lo que incrementó la atención sobre el caso.